Investigando 'en profundidad'

Doy por sentado que todos conocen el caso del bar de Magaluf, en Mallorca, donde una joven recibió copas gratis por haber llevado a cabo felaciones a los clientes. Y supongo que están al tanto de que, a partir de ese momento, hubo un aluvión de condenas, expresiones de horror y compromisos para luchar contra estas barbaridades que nuestras autoridades, naturalmente, no conocían. Un comunicado de una de las instituciones implicadas señala que se ha abierto una investigación en profundidad (las otras, las 'de chiste' no se aplican) que les permitirá detectar este fenómeno.

Yo discrepo. Yo creo que no hay nada que investigar. Creo que este caso de las felaciones sólo tiene de inusual que ha salido en los medios de comunicación, porque, por lo demás, es absolutamente normal y lógico en un lugar como Magaluf, donde todo está manga por hombro, donde desde hace años la situación es propicia para que ocurra cualquier cosa. Es cierto que ese caos se limita a unas pocas calles, pero no hace falta investigar nada para ver que aquello es un disparate, se filme o no, salga en los medios o no.

Encima, nos mienten. Nos mienten porque ni siquiera es excepcional que esto salga en los medios. Cada pocos meses una cadena de televisión europea viene y, con cámara oculta, registra las barbaridades de la zona. Nos horrorizamos durante unos minutos y seguimos. Seguimos sin tomar medidas, sin atender al problema, mirando hacia otro lado.

Para mí la cuestión es mucho más sencilla que todas las tonterías que se dicen: nuestras autoridades son incapaces de aplicar la Ley. La Ley es un papel que está por ahí, pero que no le importa a nadie. Si se hubiera querido, si hubiera habido la menor intención, no se habría llegado hasta aquí. El que haya salido una filmación o no es un asunto menor. La putrefacción, en mil formas diferentes, está instalada y no sirve rasgarse las vestiduras cuando sale en los medios.