Con motivo de las vacaciones de Año Nuevo Chino más un par de reuniones, he pasado unos días en Seúl, la capital de Corea del Sur. Es curioso que siendo Corea uno de los países económicamente más importantes del mundo y su capital, Seúl, una de las mayores, más espectaculares y cosmopolitas ciudades del mundo, en España Corea es una gran desconocida, tanto como destino como mercado emisor.
Desde luego no ayuda nada que España sea uno de los países occidentales y del primer mundo que peores conexiones aéreas tiene con Asia. Algún día tendré que dedicar un artículo a ello, aunque otros colaboradores de Preferente saben más que yo del sector aéreo y les animo a que escriban al respeto. Pero sean cualquiera los motivos, el hecho de tener tan pocas conexiones es una inmensa desventaja competitiva. Naturalmente esto no interesa a nuestro gobierno actual ni a los anteriores y de todas formas, deben pensar, Qatar y Emirates ayudan un poco a paliar el desaguisado con sus rutas desde Madrid y Barcelona vía Doha y Dubai.
Corea tiene mucho que ofrecer: una muy importante herencia histórica, que puede conocerse en Palacios y Museos impresionantes, una gastronomía extraordinaria, unos bellísimos parajes naturales y qué decir de las compras, incluidos los grandes de la electrónica como Samsung y demás.
Me he preguntado mucho como Corea del Sur ha podido pasar de ser un país pobre tras la guerra de los años 50 a una potencia económica. Yo creo que por una simple razón: el Gobierno se preocupa de que la regulación favorezca el crecimiento y de que la educación sea puntera y la sociedad considera al empresario como una figura de admirar y no un explotador. Cocktail infalible, aunque en muchos países nos negamos a beberlo.
Corea es también un impresionante mercado emisor, con 50 millones de habitantes, la mayoría educados y de clase media.
Finalmente Corea es un ejemplo, tal vez el más claro pero no el único, de la diferencia entre comunismo y liberalismo. Corea del Norte, comunista, uno de los países más pobres del mundo. Corea del Sur, liberal, uno de los más ricos.
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Comparto el análisis en lo esencial. Pero conocer los detalles de cómo funciona Corea provoca en un español un cierto desasosiego. Su agresividad competitiva es tan espectacular, que prácticamente no tienen más que siete días de vacaciones al año y, especialmente, la lucha por entrar en la universidad de calidad es tan desmesurada que causa cierto vértigo. Por supuesto, quizás nosotros nos pasamos por descuidados, pero la angustia coreana por la competitividad a mí me deja descolocado. No pienso en relación con España, sino en relación, por ejemplo, con Alemania. Son mucho más competitivos y agresivos en este sentido que los alemanes, pero yo dudo de que sean más felices.
En fin, da para mucho. En todo caso, Manuel, excelentes comentarios y reflexiones.
Hace años que los que nos dedicamos a receptivo llevamos Koreanos .. Pero La gran pelea que mantiene Lisboa con Madrid hace que muchos entren por Lisboa aunque salgan por Barcelona.. lo que parece es que noestan, pero hay miles cada dia visitando España..
"la sociedad considera al empresario como una figura de admirar y no un explotador". Es que igual los empresarios coreanos no son explotadores y los patrios si...
En cualquier caso interesante artículo.