Inversiones de China y en China

En los últimos días, en pleno Año Nuevo Chino, nos hemos encontrado con varias noticias relacionadas con inversiones en China y de China.

En cuanto a las inversiones en China, la apuesta de varias cadenas hoteleras españolas por la expansión en el gigante asiático es una buena noticia, siempre que se gestiona con buen conocimiento del destino y mejores contactos. Poco se habla, en cambio, de invertir en China como mercado emisor, que es algo en lo que, particularmente, creo firmemente. Fíjense que en los pasados diez días de Año Nuevo, ha habido 2800 millones de desplazamientos de chinos de nacionalidad o de raza y cultura y que residen en otros países asiáticos. La mayor parte dentro China, pero varios millones a Tailandia, Hong Kong, Singapur, Australia y a Europa, en donde el ranking de destinos favoritos ha sido: Reino Unido, Italia, Suiza, Alemania y España en un honroso pero mejorable quinto lugar.

También en estos días se ha celebrado la entrada del grupo chino GPRO en el emblemático Hotel Valparaíso de Palma, como hace poco lo fue la entrada del potente grupo Wanda en el Edificio España en Madrid.

Parece pues que, por fin, chinos y españoles nos decidimos a invertir. Por eso me permito recordar a quien quiera oírlo que invertir en China o recibir inversión de chinos no es, ni mucho menos, igual que hacerlo con europeos o americanos. Ni mucho menos. No tiene nada que ver. El empresario español es poco amigo en general de asesorías externas. Créanme si les digo que en este caso un buen asesor es fundamental. En primer lugar porque tendrá los contactos para abrir puertas que no se abrirían de otro modo, en segundo porque tendrá un plan B si la cosa no va como se esperaba o si se pone fea, en tercer lugar porque sabe que la cultura de los negocios china está basada en relaciones y en confianza, no en contratos ni en tribunales, en cuarto lugar porque les dirá hasta cuándo se puede negociar sin ser víctimas de sus errores y, por último porque sabrá entender que puede que el chino se haga el ignorante, pero no lo es. Ni lo es él, ni nadie que le acompañe.