El ejemplo noruego

Preferente.com publicó hace unas semanas que el fondo soberano noruego compró el 3.1 por ciento de Melià, el grupo hotelero de Baleares. Se trata de una inversión más de las que hace frecuentemente. ¿Por qué me parece que este tema merece nuestra atención?

El fondo noruego es una organización propiedad del estado de ese país que invierte el dinero que Noruega gana con el petróleo. El Parlamento noruego consideró en su momento que la bonanza que vive el país resultado de la explotación de sus pozos de petróleo probablemente sea pasajera, por lo que ha pensado que más que gastar ese dinero en la primera ocurrencia que tengan los políticos, es mejor invertir en empresas en todo el mundo, para después disfrutar de los rendimientos que se obtienen de ello. Chile, un país minero que ha vivido estos años la bonanza de los precios altísimos del cobre, ha creado algo similar, también pensando en su futuro.

España, obviamente, no tiene ningún ingreso fiscal que le permita crear algo así, pero yo me pregunto si hubiéramos sido capaces de pensar con este sentido de la responsabilidad. Los noruegos tienen dinero para una contingencia futura y nosotros, en España, tenemos algo más de un billón de euros de deuda pública para regalarles a nuestros hijos. ¡Qué diferencia!