Toda Europa está consternada con lo que ha ocurrido con un vuelo de Ryanair que sobrevolaba Bielorusia. El avión fue secuestrado por las fuerzas aéreas de país, bajo amenaza de ataque, y desviado a la capital, Minsk. Los expertos dicen que el piloto de Ryanair hizo lo que debía, dado que la autoridad sobre el espacio aérea bieloruso es del gobierno de ese país.
Sin embargo, lo que ocurrió en tierra fue tremendamente grave: un viajero y su acompañante fueron detenidos, mientras el resto del pasaje, la tripulación y el avión fueron autorizados para volver a su ruta anterior.
Los hechos, escasamente valorados en España, son tremendamente serios porque nunca antes un estado había procedido a intervenir de esta manera un vuelo procedente de un país tercero con destino a otro, sin relación alguna con el suyo, únicamente para llevar a cabo la detención de un viajero. Nunca se había visto nada parecido.
Hasta ayer, Europa se había limitado a emitir los tradicionales comunicados de condena, añadiendo que las cosas no podían quedar así.
Observen una consecuencia jurídica que alguien apuntaba ayer: el viajero detenido había comprado un billete con una aerolínea para que esta lo transportara desde un aeropuerto a otro. La compañía ha incumplido este contrado: lo dejó en una ciudad tercera, donde el viajero tuvo problemas con las autoridades. Es verdad que Ryanair no hizo esto voluntariamente, pero desde el punto de vista contractual la situación generada es muy compleja.
Como precedente, estamos ante un hecho excepcionalmente serio, del cual no hay recuerdo.
Ayer, muchas aerolíneas habían dejado de sobrevolar el espacio aéreo de ese país, en una respuesta que parece bastante menor para la gravedad que ha tenido el hecho.
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Es un hecho muy grave que no se puede dejar pasar así como así por un dictador que lleva ni sé cuanto tiempo en el poder con el muy amigo político Vladimir sin el que sería poca cosa, y que tampoco es que sea un devoto de la libertad política y en general precisamente y ante la mirada hacia otro lado de la UE. Un secuestro en toda en regla sin precedentes y que no se sabe si abierta la espita cualquier caza puede obligar a aterrizar un avión que sobrevuele un espacio aéreo para secuestrar a tal o cual pasajero "incómodo" para el régimen de turno.
Caramba como se ponen.
O sea que lo grave es que se incumpla un ¿contrato? ¿o es un ticket? de transporte aéreo. Los convenios internacionales y todo eso son importantes. Total cualquier estado puede conceder quintas libertades o quitar la mas básica de las libertades como es el sobrevuelo. Estamos acostumbrados a tratar todo esto como si se tratara de la linea de autobuses del pueblo.
De repente alguien descubre que no todo el mundo es bueno.
El caso es que si no fuera porque se trata de un periodista y los efectos que pueden tener sobre los políticos ni unos ni otros le habrían prestado mucha atención. Y si no ponen mas énfasis es simplemente porque de repente también se encuentran conque los cañones de sus fusiles están oxidados de tanto poner flores en ellos.
A ver si esto sirve para que alguien caiga en la cuenta de que el transporte aéreo no es como la EMT, muy digna pero otra cosa.
Pues aprovechemos las medidas que se tomen para recordar a las victimas del Jumbo derribado en Kamchatka, el 777 en Ucrania, el DC9 en Italia, etc.
No seré yo quien defienda este execrable hecho, pero precedentes ya ha habido, como cuando el gobierno judío secuestraba personas en cualquier parte del mundo para trasladarlos y juzgarlos en Israel. Y que yo sepa muchas represalías hacia ese país no hubo.