El empresario suizo Remo Stoffel ha presentado en Zurich un polémico proyecto arquitectónico para construir en el corazón de los Alpes suizos un rascacielos de 380 metros que, de ser aprobado, modificará para siempre el idílico paisaje de las majestuosas montañas de la región de Surselva, en el cantón de Grisons.
Stoffel proyecta modernizar las anticuadas termas de Vals, construidas en 1960 y adquiridas por él en 2012, con una torre de casi 400 metros de altura ha desatado numerosas críticas en este país alpino. La altura del rascacielos superaría con creces la del inmueble londinense Shard, que con 310 metros de altura ostenta actualmente el título de edificio más alto de Europa. La colosal torre de Stoffel albergaría un hotel de lujo, destinado principalmente a una clientela asiática y de Oriente próximo, con un centenar de suites cuyos precios serían de entre 1.000 y 25.000 francos suizos, unos 943 y 23.564 euros, según ABC.
La ejecución del edificio sería confiada a Thom Mayne, un arquitecto norteamericano galardonado con el premio Pritzker, el Nobel de los arquitectos, que ya ha firmado grandiosos proyectos de arquitectura durante los últimos años, principalmente en Estados Unidos.
Por su parte, Stoffel no entiende el porqué de esta polémica y frente a las críticas lanzadas por algunos arquitectos suizos, que lo califican de inversor poco fiable, se defiende respondiendo que los comentarios negativos de los que está siendo víctima son producto de la frustración de expertos en arquitectura que “nunca han querido ni dirigirme la palabra”.
Realmente, una patada a la naturaleza. Si se dejaran las cosas como están, el mundo estaría mejor.