Dato cierto: todas las empresas quieren presentarse ante el mundo como defensoras del medio ambiente. Todas. Casi me atrevo a decir que muy especialmente en el caso de aquellas cuya actividad es perniciosa, sea porque las empresas son ineficientes o sea porque no hay manera de evitar el daño ambiental.
Las aerolíneas figuran en la primera línea de este desafío: cómo presentarse como sensibles siendo su actividad fundamentalmente insensible. Cada una se busca la vida.
Ahora, Japan Air Lines lanza una iniciativa sostenible que chirría, que canta, que es muy rara. La cuenta el portal de aviación “One Mile at a Time”, que tampoco entiende cómo se aplicará. Esto funcionará (o no) de la siguiente forma: Japan Air Lines se ha aliado con una empresa de ropa. El viajero, antes de hacer un viaje, puede reservar prendas de vestir online, según sus gustos, el destino y las preferencias. El viajero tiene que introducir la referencia de la reserva en Japan Air Lines y los lugares donde quiere recoger y después devolver la ropa. La ropa se tiene que pedir al menos un mes antes y hay que hacer un pago anticipadamente, como señal.
Entonces tiene lugar el vuelo y aquí viene el secreto: como las ropas están en destino, el viajero ya no necesita maletas tan voluminosas. Al llevar menos ropa, el avión pesa menos. Y al pesar menos contamina menos. La ropa se ha devolver en el último hotel del viaje, nunca después de dos semanas de recogerlas.
¿Lo ven?
Yo no, claro. Tal vez en Japan Air Lines tampoco lo tienen claro porque ahora mismo sólo ponen en marcha una prueba desde este miércoles hasta el 31 de agosto del año que viene.
A mí, como a usted, como a cualquiera, se me ocurren mil preguntas y también razones para que esto no funcione, pero ya saben cómo es el mundo hoy, donde hay gente –y aerolíneas—para todo.
Supongo que la ocurrencia será si te quedas en el mismo sitio, porque si te mueves por varias ciudades, la ropa tendrá que ir en algún sitio, y aunque en Japón funciona muy bien la recogida de equipaje en tu hotel y la recogida en el siguiente destino sin tener que llevar maleta, en algún sitio deberá ir porque no se transformará en algo gaseoso revertible a sólido y viceversa.