¿Se pensaba Cramer Ball, el australiano que está al frente de Alitalia, que despedir a 2.037 trabajadores le iba a salir gratis? Ni hablar. El 5 de abril ya está convocada la primera huelga en protesta contra los planes de la compañía y, sobre todo, contra la inhibición del Gobierno de izquierdas, que como los de derechas, mira hacia otro lado. Alitalia tendrá un plan para salir de la crisis pero los sindicatos tienen otro y los puntos de coincidencia son pocos.
De los 2.037 despidos, 813 en realidad serán externalizados, o sea que seguirán trabajando pero para otras sociedades. Lo explican los sindicatos, tras reunirse con el Gobierno. Casi todas las externalizaciones tendrán lugar en el área de mantenimiento. 200 trabajadores abandonarán el mantenimiento de menor nivel, para el corto radio; 65 la logística; 60 el call center.
Los sindicatos anuncian que esto va durar. “Esperábamos un plan industrial que contemplara inversiones y desarrollo. Es lo que esperábamos, y no los recortes”, dice los sindicalistas. Las protestas también abarcan las pensiones de los trabajadores, que se verían afectados.
El ministro de Transportes, Graziano Delrio, ha reconocido a los sindicatos que hay que profundizar en los número del plan industrial. “El gobierno ha dicho desde el inicio –explicó el ministro– que no es un plan financiero el que puede resolver los problemas. Es necesario un plan industrial que no parte de los recortes sino de un proyecto de relanzamiento”. Sólo que los accionistas, la banca y Etihad, no están por poner más dinero.
Así, pues, las olas de huelgas están aseguradas. El 5, pues, primera etapa.
Pobre Alitalia, le quedan dos días.