Los 282 pasajeros de Air France que viajaron el pasado domingo entre París y Shanghai nunca imaginaron que acabarían atrapados en Siberia durante tres días. Una avería obligó al comandante a desviarse al aeropuerto de Irkutsk, uno de los lugares más gélidos del mundo que recibió a los pasajeros con temperaturas de diecisiete bajo cero.
Los viajeros tuvieron que esperar la llegada de otro avión que tampoco pudo despegar porque dejó de funcionar el sistema hidráulico debido al frío. Finalmente un tercer avión de Air France rescató de Siberia a los pasajeros, que estuvieron ateridos de frío y en hoteles próximos a un aeródromo con pocos servicios.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo