Espectacular aterrizaje de un Boeing 787-9 Dreamliner de KLM en el aeropuerto de Schiphol. El fuerte viento que azota la zona obliga al comandante del Dreamliner a abortar el aterrizaje in extremis y hacer un segundo intento para tomar tierra en el aeropuerto holandés.
Un Airbus A350 hubiera hecho lo mismo, o mejor.