El problema de Boeing con el 737 Max amenaza el verano

Por si no fuera suficiente con las constantes huelgas de los diferentes colectivos vinculados a la aviación, las compañías aéreas podrían verse afectadas en los próximos meses, probablemente en plena temporada de verano, por una carencia de flota que hace cuestión de días no estaba prevista.

El problema, como ha venido publicando Preferente, tiene su origen en la decisión de las autoridades de paralizar las entregas de nuevos Boeing 737 Max por el incumplimiento de un estándar de calidad en dos piezas que van junto al fuselaje (Cae el valor de Boeing al parar las entregas del 737 Max).

El fabricante ya lo ha reconocido abiertamente: “La medida afectará probablemente a un número significativo de aviones que no se han entregado, que están en producción o almacenados. Creemos que a largo plazo se reducirán las entregas del 737 Max”.

¿Por qué puede afectar esto al cliente final? La respuesta es sencilla. Las aerolíneas que tenían previsto reforzar sus flotas con este modelo en los próximos meses podrían tener serias dificultades para cumplir sus programaciones. Más aún cuando la demanda está disparada y los niveles de ocupación son, en muchos casos, superiores a los alcanzados antes de la crisis del Covid-19.

En el caso concreto de Europa, Ryanair, por su tamaño y por su fe ciega en el 737 Max, sería a priori la más perjudicada. No obstante, la low cost llama a la calma, aclarando que el anuncio realizado por Boeing “no afecta a la flota actual de Ryanair de 540 aviones 737”. “Estamos evaluando cómo afectará a los 24 aviones 737 cuya entrega está prevista para lo que queda de abril, mayo y junio”, agrega (Ryanair ve peligrar su verano por los retrasos de Boeing).

Pero el problema no se limita a Ryanair. Son muchas otras las compañías que necesitan incorporar los 737 Max acordados con el fabricante para poder operar todos los vuelos ya vendidos. Sin ir más lejos, Air Europa, con su reciente unificación de flota (787 Dreamliner y 737 Max), figura entre una de las posibles damnificadas.

En caso de que no se corrija esta situación y de que las aerolíneas afectadas no encuentren alternativas transitorias mediante el alquiler de otros aparatos, muchas de ellas podrían verse obligadas a cancelar cientos de vuelos durante los meses de verano, con el caos que ello supondría.