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EDICIÓN ESPAÑA

CRÓNICA FIN DE SEMANA

El agente de viajes freelance conquista los mercados

En Gran Bretaña y Estados Unidos, el 50 por ciento de los agentes ya trabajan desde sus casas, para organizaciones más grandes
En España este fenómeno va al alza y presenta ventajas y desventajas para quienes o han perdido su empleo o buscan un ingreso adicional

Hace unos 15 años, algunos agentes de viajes británicos, que habían perdido su empleo en una agencia tradicional, decidieron empezar a trabajar desde sus casas. La espectacular mejora de las telecomunicaciones ha permitido que hagan este trabajo sin que, prácticamente, se note diferencia alguna. Hoy, la mayor parte de ellos (o sea, más de la mitad) trabajan desde sus domicilios particulares, mientras cocinas o lavan la ropa.

 

free-lance

En 2008, por su parte, una espectacular crisis económica sacudió los Estados Unidos. La crisis bancaria inicial, que se extendió por el resto de la economía, provocó un fuerte retroceso en el número de agencias de viajes. Como consecuencia, muchos de sus profesionales optó por probar fortuna por su cuenta. Hoy son más de la mitad del total de los operadores.

 

En Canadà, hasta hace apenas un lustro no había agentes de viajes en sus casas. Entre otras cosas porque en algunos estados estaba prohibido por ley. Pero desde entonces el mercado se ha ido abriendo y hoy, un 35 por ciento de los agentes está en sus casas, ejerciendo la profesión a la que se han dedicado toda la vida. En Canadá, hoy se estima que en poco tiempo más la mitad de los agentes estarán en sus casas, siguiendo una tendencia que se amplía cada día.

 

Porque una cosa es común a todos los países en los que los agentes de viajes empiezan a trabajar desde casa: son en su totalidad ex-agentes, amantes de una profesión que les ha echado de la oficina. Lógicamente, tal vez exista algún caso que no cumple esta norma, pero son excepciones.

 

Naturalmente, el éxito de este modelo exige además de organizaciones que quieran agentes proveedores que no tengan oficina. Y eso está al alza, sobre todo después de ver los costes que tienen las agencias físicas.

 

El 'negocio' no es sencillo. Por supuesto, tiene ventajas, pero también tiene dificultades que se comprueban una vez en marcha. Y no son problemas menores.


En primer lugar, se trata de ser autónomo. Y no todo el mundo sirve para ser autónomo. Hay que tener constancia, fuerza de voluntad y rigor. El cliente, a diferencia de lo que sucede en la agencia de viajes, no entra por la puerta. Hay que tener  imaginación, ser capaz de seducir, lo que siempre hemos llamado “don de gentes”.

 

Y hay que trabajar para una organización que realmente crea en el agente de viajes a domicilio. Cada día hay más mayoristas que los aceptan, pero no todos han adaptado su funcionamiento interno para que estos agentes puedan trabajar con comodidad. Las respuestas han de ser rápidas, las condiciones han de estar adaptadas a este mundo, etcétera.

 

Claro, entre las ventajas está vivir en casa, poder hacer muchas cosas que se deseaban, adaptar las vacaciones a la demanda. Pero, en sentido contrario, cuando uno se marcha, el cliente puede que busque otro agente, porque al fin y al cabo es una relación mercantil. Este fenómeno está ampliándose. Y ha llegado a España, por supuesto.

 

La oferta parte desde la más grande, Expedia, hasta la agencia más pequeña, la de barrio, a la que le gusta tener un agente freelance que le aporte negocio. La cuestión es hasta dónde estas organizaciones se han adaptado a lo que el agente requiere: rapidez de respuesta, condiciones económicas atractivas, concepción pensada para este trabajo.

 

Hay un aspecto desagradable: ser vendedor. En el fondo, se trata de ser vendedor, de dar la lata, de sugerir viajes, de influir, de usar a los amigos con un fin comercial. Y eso no es siempre agradable, al menos no para todas las personas. Cada conversación, por el motivo que sea, puede ser desviada hacia la actividad del agente, la venta de un 'paquete', el contrato de un seguro de viaje, una oportunidad. Esto no es sencillo ni siquiera en quienes están habituados a estar sentados en una mesa, y recibir gente que ya quiere un viaje. Eso es ser agente de viajes, pero no vendedor.

 


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    3 Comments
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    leonardo
    6 años

    AGENTE FREELANCE o sea ¿falso autonomos? porque por operar tendrá que tener la licencia y pagar sus seguros y avales. asi que trabaquerá por una agencia que tendrán esta licencia con el riesgo que la agencia va a cargar con todos los errores y garantías que le pide la ley de consumo. Yo NO lo veo como un gran negocio por la agencia. Suponemos que el free lance te aporte cliente y le vas a dar un 8% , lo que se queda a la agencia es poco en comparación a lo que le pide la ley y rezar que no empiezan las inspecciones de trabajo y te van a obligar a contratar el "free lance" visto que casi siempre le van a reconocer la relación laboral.

    Segundo artículo
    6 años

    Y seguimos sin entender lo que sucede en todo el mundo y el desconocimiento se traduce en falta de respeto.
    Será entonces que alguien hace artículos mientras cocina y que jamás ha vendido nada a nadie mientras espera sentado en una mesa a que llegue el día de cobro.
    De otro modo nos se entiende

    LUCAS
    6 años

    Si la freelance es como la de la foto del articulo .... quien quiero un agente virtual!!!

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