NEWSLETTER | PUBLICIDAD | | VISTA MÓVIL
EDICIÓN ESPAÑA

Notas terrestres y celestes

Seguro que usted es uno más de las muchas personas que viaja con frecuencia y si por casualidad  va a viajar en avión, como puede darse el caso,  sobre todo si vive en una isla, o debe viajar a destinos de largo recorrido o medio,  debe estar preparado no solo para enfrentarse a la excitación del viaje, o la monotonía porque vuela muy seguido, cosa por otra parte natural, salvo  en vacaciones, que nadie ni nada le frustre la ilusión del descanso y relax.

Pero conviene que sea precavido porque antes de llegar a su destino, y después al regreso, pasará por una experiencia inolvidable que es la transitar por el mundo de los “Celestes”, porque no sé si sabe que en la aviación el mundo esta dividido en “Celestes y Terrestres”.

No se haga ilusiones, usted es un terrestre, estimado lector.

Voy a intentar explicarle desde mi punto de vista como identificará a esa casta, los "celestes".

Como ocurre en el Tíbet, las palabras “hueso” y “raíz” son muy importantes para ellos. También para la casta de los celestes, el mundo humano está hecho de hueso y raíces.

A los huesos se les llama casta. En China se creía que los huesos tenían algo que ver con los umbrales o acceso de las puertas. Por eso los umbrales de las puertas de los aeropuertos son altas, mientras que las de los terrestres son bajas. A los celestes el tener el umbral muy alto les permite entrar o irrumpir, penetrar, aparecer y salir de las nubes, o lo que es lo mismo, partir o escapar.

Todo esto que puede parecer una fantasía no lo es. Cuando cruce usted la puerta del aeropuerto entrará en un mundo en general desconocido, donde las personas que trabajan en el mismo hablan un idioma distinto al suyo (check-in, boarding, boarding pass,  gate, low cost, arrivals, baggage claim, connecting flight, delayed). Y  esta tiene que sonarles mucho (Emergency exit,  departures), aunque anterior a todo esto se habrá peleado durante un ratito con su ordenador haciendo su reserva o booking de su vuelo.

Pero no se preocupe en exceso, usted irá sorteando todas estas barreras magníficamente; solo tenga paciencia y sobre todo no se acalore, sea feliz, piense en llegar a su destino.

Cuando esté en el aeropuerto diseñado para gloria del arquitecto de turno no se preocupe por las incomodidades, al fin y al cabo con suerte estará usted en él muy poco tiempo. Salvo que tenga que pernoctar en el suelo, cosa poco frecuente.

Diríjase al mostrador de facturación; allí encontrará largas colas, es normal. Cuando llegue su turno no se olvide de identificarse correctamente y no se preocupe si la persona que le atiende no levanta los ojos del ordenador. Es normal; recuerde lo de la casta. Si le comunica que tiene retraso su vuelo, sobre todo mantenga la calma, procure buscar algún bar y tomarse alguna bebida que no sea estimulante. No pregunte, espere. Cuando llegue al bar encontrará algunas personas en la barra mezclada con los viajeros que usan un walky talky, esos aparatos que permiten comunicarse con otras personas que están en la lejanía o tal vez entre las nubes; no pregunte a esas personas, vayan o no con uniforme. Si no llevan uniforme recele porque pueden ser ejecutivos del aeropuerto en servicio, y si entre ellos hay uno con chaqueta y corbata, que es el centro de atención de todos ellos, ni se atreva. Ese es el responsable del aeropuerto, un intocable, en pocas palabras, es un “BHODI”, el árbol de la iluminación en chino.

Si debe protestar hágalo solo cuando sean mayoría de lo contrario absténgase, procure a pesar de todo hacer gala del don del silencio, que siempre supera las palabras.

Cuando haya pasado todos los interminables controles, necesarios para identificarse y suba al avión, recuerde que sigue en un mundo ajeno al suyo y la única ventaja que tiene es que ha dejado de estar en un edificio que es un monopolio.

Si en el avión le dicen que tiene que pagar su comida y bebida, no se extrañe: ahora está de moda. Pague o por el contrario la próxima vez procure llevar consigo un emparedado de casa, recuerde siempre la frase de  “Una sonrisa su espada”.

Para terminar decirle que lo único verdaderamente fascinante del avión es el hecho de que una maquina parecida a un tubo de acero le trasladará de un lugar a otro en un breve espacio de tiempo y que tal vez eso le compense de todos los obstáculos que ha tenido que sortear. Y felices vuelos sufrido viajero, trotamundos o aventurero.


    Acepto la política de protección de datos - Ver


    Noticias relacionadas



    Encuesta

    ¿Entiende el malestar de los residentes en Canarias con el turismo masivo?

    Ver Resultados

    Cargando ... Cargando ...




    Revista Preferente | REPORTUR | arecoa.com | Desarrollo
    Aviso Legal Política de Privacidad RSS Condiciones de suscripción Política de cookies