Dijo una vez Graham Green que “nuestros peores enemigos aquí no son los ignorantes y los sencillos, aunque crueles; nuestros peores enemigos son los inteligentes y los corruptos”.
Cierto, y me pregunto qué es lo que está pasando en nuestro país con los pequeños y medianos empresarios, no importa mucho si están en el sector turístico o en el de las perfumerías.
Me comentaba un pequeño hotelero con no más de cincuenta habitaciones que no puede más, que no sabe que hacer ni cómo sortear la cantidad de problemas cotidianos a los que se enfrenta: la Seguridad Social, la Inspección de Trabajo, la de Seguridad e Higiene, la de Sanidad, la de Turismo, la Hacienda Pública, la Local, el IBI…, en fin para qué seguir. Estos “servidores públicos” se ceban con afán recaudatorio con los pequeños empresarios, con todos sin distinción.
Mientras los alojamientos ilegales campan a sus anchas, sin ningún control, estar legalizado es “patente de corso” para estos malditos burócratas, que no entienden de situaciones de crisis, de márgenes comerciales. Ellos cobran todos los meses, no tienen personas a su cargo.
Por descontado que hay que cumplir con las reglas de juego, pero a veces, solo a veces, las reglas están para romperse o flexibilizarlas.
Si un autónomo llega a los sesenta y cinco años y debe a la Seguridad Social sus cuotas, no puede cobrar su pensión ¿es justo?
En fin en la tierra dónde nos ha tocado vivir para mí viendo y siendo también un pequeño empresario, hay solo dos Españas: la de los poderosos y políticos, y el resto de tejido empresarial pequeño que es de vital importancia para nuestra economía y que no existe para los mentecatos que gobiernen. No quiero olvidarme de los bancos, qué decir de ellos que están en quiebra gracias a sus abusos, nosotros no podemos esperar nada de ellos.
No importa quien nos gobierne, como he mencionado serán los enemigos de la pequeña empresa, porque son inteligentes y corruptos y alguien tiene que pagar sus desvaríos políticos por ellos y esos somos nosotros, no le demos más vueltas, al final el no legalizado es un corrupto que se aprovecha de la situación política del país, y aprende del comportamiento de nuestros gobernantes.
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Comentario acertadísimo. El pequeño empresario, visible, establecido, paga todos, absolutamente todos sus impuestos pero es el objeto de auditorias sanciones administrativas etc, etc, precisamente por su visibilidad.
El muy grande dispone de ingeniería financiera para no pagar impuestos ubicarse y desubicarse a antojo y del dinero necesario para comprar a quien le legisle ad-hoc.
A todo esto, qué demonios hace el tribunal de la competencia. Son nuestras cartas, pero son injugables, carne de cañón.
En este país solo se crucifica al corrupto que se lleva lo de otrosdesde el ámbito de lo público, sn embargo, es hora de darse cuenta que más de media sociedad española está podrida y es igual o más corrupta que aquellos a quienes acusan. Tan corrupto es aquel que realiza una actividad sin declarar y no paga lo que debe e incluso aquel que contrata a sabiendas servicios que no le son facturados por cuanto están almargen de la legalidad, aquí es como el dicho y nadie se me moleste, es la ley de Mahoma, tan maricón es el que da como el que toma, así ue menos rasgarse las vestiduras de lo que hacen los demás y empiecen ustedes por si mismos que algunos estamos ya bastante hartos de ser honestos y por ello más acosados y puestos en entredicho y ver tanta mierda a nuestro alrededor que precisamente por ser mierda, nadie quiere arrimarse y pringarse con ella.
En este país salen los mas grandes y los mas pequeños luchan por salir a duras penas, con la ilusión que el mañana sea distinto al ayer, pero cada día vemos que el mañana es incierto. Entre la Seguridad Social y los impuestos, es casi imposible que los pequeños vean la luz.