Por qué en España no envidiamos a Ryanair, Michael O’Leary

Presidente de Ryanair, quienes no compartimos la cultura de tu empresa, no lo hacemos por envidia, como has declarado en una entrevista. No envidiamos, sino al contrario, los valores de los que haces gala cada vez que te pones delante de un micro.

En España no envidiamos la prepotencia de quien dice que le critican por envidia. Tampoco envidiamos a quien se burla de un grupo de trabajadores que acaban de ser despedidos. Tampoco, a quien frivoliza con la seguridad, sugiriendo que los aviones los conduzca un solo piloto.

En España, Michael O’Leary, no envidiamos a quien desprestigia a su competencia disfrazándola de Drácula y fingiendo ahogarla. Tampoco envidiamos a quien llama ‘estúpidos’ a sus clientes por no imprimir su billete en su casa, ni a quien dirige una compañía que impide embarcar a menores de 14 años sin DNI.

En España, presidente de Ryanair, no envidiamos a quien opera dentro de las leyes pero en contra de su espíritu, como haces con la cotización de tu plantilla en Irlanda, o la contratación de tus empleados mediante brokers. Tampoco, como habrás podido comprobar con Urdangarin, a quien hace caja de las Comunidades Autónomas, del dinero que aportan al Erario público los que trabajan.

En España, Michael O’Leary, no envidiamos el tono soberbio con el que escribes tus cartas a una ministra del Gobierno de un país que ha dado mucho a tu aerolínea. Tampoco tu forma de amenazar a organizaciones y medios de comunicación que plantan cara a la ética que impera en tu empresa. Aquí no nos chupamos el dedo aunque alguna de nuestras aerolíneas haya quedado desfasada en su modelo.