Ecologismo y sostenibilidad de pacotilla

Es llamativa la contradicción entre lo que muchas empresas de nuestro sector dicen y hacen en cuanto a ecologismo, sostenibilidad y otros conceptos medioambientales similares. Por un lado las hay que –como también sucede en el mundo de los bancos y entidades financieras- se cuelgan premios y distinciones otorgadas por no se sabe qué desconocidos o apenas conocidos organizaciones, la mayoría de las veces previo pago de una cuantiosa cantidad de dinero con la finalidad de desarrollar una posterior campaña de anuncios en prensa.

También es llamativa la participación de directivos en eventos, como la llamada cumbre climática habida en Madrid, en la que alguna que otra empresa española se quedó fuera al no estar dispuesta a abonar dos millones de euros como peaje, o contribución a sufragar parte del presupuesto de dicho escaparate internacional. Otro hecho incoherente puede mencionarse sobre quienes acuden a reuniones mundiales como la de Gstaad en aviones corporativos en vez de viajar en vuelos regulares.

A un nivel inferior, otra de las incoherencias que pueden constatarse cotidianamente es la de empresas de transportes, por ejemplo Renfe o Vueling sin ir más lejos, que al efectuar una reserva indican la cantidad de carbono relacionado con el viaje que el pasajero hará, y/o que inducen a no imprimir la tarjeta de embarque y utilizar la digital en un teléfono portátil. Pues bien, a quien imprime la tarjeta de embarque le hacen gastar bastante más tóner o tinta de impresora con los anuncios de publicidad ajena incluidos en ella que la requerida por la propia tarjeta de embarque.