Fuera chips, nada como el papel

Aunque se trata de una decisión del Gobierno que afecta sólo a poco más de dos millones de españoles, los residentes en Canarias, Baleares y Ceuta y Melilla, el nivel de incompetencia demostrado por la Administración española es de tal calibre que bien merece ser conocido por todos, para comprender que para nuestras autoridades, allí donde haya un papel como Dios manda, que se quiten los códigos de barras, los chips electrónicos y hasta la Policía. Al parecer, desde la época de Larra, sólo hemos conseguido prescindir de los sellos de goma y de los manguitos.

Veamos: hasta este 30 de agosto pasado, los ciudadanos con residencia legal en estos territorios españoles, cada vez que viajaran en barco o en avión con la subvención que financia el Estado, debían justificar su domicilio exhibiendo su Documento Nacional de Identidad, donde debía constar la residencia en el área objeto de la norma. La nueva decisión del Gobierno obliga a que, desde esa fecha, el ciudadano deba exhibir un certificado en papel expedido por el ayuntamiento en el que reside. En ambos casos, el garante de que el viajero cumple los requisitos legales es el empleado de la compañía aérea. Tanto en el caso de mostrar el DNI, por supuesto, como en el del certificado, no hace falta entregar el documento sino sólo exhibirlo.

La razón para este cambio es que, según el Gobierno, había mucha picaresca en la utilización de este derecho al descuento de residencia. Ahora, uno se imagina, esta posibilidad de engaño se reduce significativamente.

Lo curioso es que anteriormente el vehículo para demostrar la residencia era el Documento de Identidad, que como se sabe está expedido por la Policía, con lo que esta parece ser la garante de los datos que en él se incluyen. Además, el DNI dispone de un ultra mega chip que cuesta un dineral y que permite un montón de funcionalidades. En cambio, el nuevo certificado es un documento en PDF que se descarga de la página web del municipio de residencia y que está garantizado por doscientos ayuntamientos para quienes estos papeles son más un engorro que otra cosa. Para colmo, algunos dicen que un PDF es fácilmente alterable.

Es decir que en España, un documento en PDF es más serio y fiable para la Administración que el DNI con chip expedido por la Policía Nacional. Y, para España, todo el mecanismo de control de estas subvenciones bien puede descansar en un empleado, a duras penas mileurista, que hace los check-in de las líneas aéreas.

Como ven, el avance hacia un mundo sin papel, electrónico, tiene 'pequeños' retrocesos en un país del Sur de Europa que conocemos bien.