¿Falta de turistas en diciembre?

Una noticia publicada en la prensa, de la que se hace eco Preferente, dice que “por la falta de turistas” se ha disparado la miseria en Mallorca y hay miles de personas acudiendo a los comedores gratuitos. Se añade que “el escudo social” que puso en marcha el Gobierno es un éxito pero que muchos no llegan a él porque no pueden resolver sus problemas con los papeles (Mallorca: la falta de turistas dispara la petición de auxilio social).

Todo bastante sorprendente.

En primer lugar, porque en Mallorca en diciembre no ha habido turistas nunca jamás. En segundo lugar, porque no puede haberlos porque la enorme mayoría de los hoteles están cerrados, debido a la legislación en vigor. En tercer lugar, porque el sector turístico creó este año (2022) más empleo que nunca, según los datos oficiales que difunde el propio gobierno.

Esto no significa que no haya personas necesitadas, sino que pone en duda la vinculación entre su existencia y el turismo. Especialmente porque nadie en Mallorca ha intentado seriamente abrir los hoteles en invierno.

Efectivamente, puede existir gente en estas condiciones, pero en estos momentos del año se deberían tener en cuenta otros elementos: en primer lugar, ese cuarenta o cincuenta por ciento de la economía que no es turismo y que, según quien lo cuente, va mal o regular; en segundo lugar, la entrada de gente a la isla, de toda procedencia, en un contexto en el que el acceso a la vivienda es extremadamente difícil; y, finalmente, la cuestión de los papeles.

España, y Baleares no es ajena a ello, ha sufrido seriamente la crisis del Covid. Ha llegado un dinero del cual nadie tiene muchas evidencias de dónde está y cómo se reparte porque no parecía que con esa lluvia europea de millones tuviera que suceder lo que se está describiendo. No se entiende cómo es posible que siga entrando masivamente gente sin papeles a España y Baleares, en contra de la legislación en vigor. Lo lógico sería adaptar la ley a la realidad para, al menos, saber quién entra, de dónde, y en qué condiciones, ya que no somos capaces de hacer otra cosa.

No deja de ser llamativo que Baleares particularmente tenga cerrados sus hoteles, con el Gobierno haciéndose cargo de los trabajadores, cuando en incontables destinos, incluso con peores temperaturas, está abierta la planta de alojamiento, creando empleo verdadero. Aunque esta situación, caso único en Europa, conviene a todos los afectados y por ello todo el mundo calla.