Una pregunta insidiosa

No, yo no voy a hablar de la abdicación, porque como era de imaginar, estamos todos un poco saturados de este asunto. Si no fuera que ocurre cada 40 años, es para hacerse republicano (ahora me doy cuenta que los presidentes de las repúblicas también mueren...).

Yo iba a hacer una pregunta que tiene un poco de segundas intenciones, pero que en todo caso es legítima. Es una pregunta que tiene que ver con el marco de competencia de los diferentes modos de transporte. Siempre nos quejamos de que los ciudadanos tenemos que pagar la enorme mayoría de los costes del tren, a través de los impuestos. Y ponemos como ejemplo en positivo que en aviación todo lo paga el usuario, desde los salarios de los controladores hasta las obras de los aeropuertos que, teóricamente, terminan pagándose en los billetes aéreos.

Pero hoy la aviación, presta a quejarse de cualquier elemento que altere la competencia, 'olvida' que el combustible que emplea, el carísimo combustible que mueve los aviones, no paga impuestos. Ninguno. ¿Por qué? Hay unas razones complejas derivadas del hecho de que los aviones podrían ir a lugar más competitivos a reponer. Pero, más allá de eso, mientras los ciudadanos pagamos dos terceras parte de la gasolina en impuestos, en la aviación se vuela sin que haya ni un impuesto al combustible. Así, claro, volar en ciertas compañías que tienen costes bajos es muy barato.

¿Por qué ningún país, ahora que todo el mundo es ecologista, ha dado todavía un paso para resolver esta anomalía? ¿Por qué ningún foro de países como Naciones Unidas o la Unión Europea han lanzado una agenda para resolver esta situación?

Es muy plausible defender la competencia entre los diferentes modos de transporte, pero no lo es tanto cuando a algunos se les olvida que también cuentan con privilegios inexplicables.