“Turismo: les conviene a los empresarios”

Para mí, un país puede ser lo que las conciencias de sus ciudadanos les permitan ser. Por eso es muy importante conocer las creencias y los convencimientos de los españoles para entender qué seremos capaces de hacer.

¿Por qué salimos de la dictadura con un régimen modélico? Porque la gran mayoría creía firmemente que era posible, que podíamos convivir.

¿Por qué hoy nuestro futuro es incierto? Porque la proporción de fantasiosos que tienen la cabeza llena de estupideces es demasiado alta.

Ayer o anteayer, uno de estos –el problema no es el ‘uno’ sino la dimensión del ‘estos’–, ante la crisis que Gran Bretaña nos están infligiendo con su decisión de bloquear nuestro turismo, escribía en este digital que “el turismo es lo que les conviene a los grandes empresarios, no lo que nos conviene a los españoles”.

Por supuesto, me da exactamente igual que una persona tenga esta opinión disparatada. Pero no me da igual que miles y miles de jóvenes, absolutamente ignorantes de cómo funciona el mundo, perfectamente maleducados –porque no han recibido una formación adecuada–, compartan ideas como esta. Es tremendo que en un país en el que todos vivimos del turismo, incluso probablemente este pobre hombre, esta idea esté extendida.

Claro que hay malos empresarios, pero el turismo no beneficia a los empresarios sino a miles y miles de trabajadores humildes que han tenido la desgracia no tener otra formación que la que les permite ser camareros o camareras de piso, es la que alimenta a miles de personas que trabajan en todo el circuito económico que mueve el turista, y es el que alimenta las arcas públicas para que miles de funcionarios cobren y que muchos servicios funcionen.

Ya sé que es inútil contestar a las tonterías, pero es que me preocupa que estas cuajen y se instalen, como creo que lo están.