¿Peligro para el turismo?

La enorme mayoría de los periódicos europeos publican hoy en sus portadas la noticia de que los terroristas de Estado Islámico estaban en Palma de Mallorca. En algún caso, un periódico dedica toda la portada a contar cómo los viajeros de ese país estaban inocentemente en las playas mientras los terroristas podían estar planeando matanzas.

La noticia hace referencia a la detención, en la mañana del martes 19 de un joven marroquí que estaría reclutando personas a través de las redes desde su casa en el barrio de Son Gotleu, en Mallorca. La imagen que se proyectó a Europa, especialmente tras las detenciones que tuvieron lugar recientemente en Bruselas, fue la de un comando listo para matar, cosa de la que en este momento no parece evidente.

Como ven, el impacto sobre la imagen exterior de España no es muy positivo por una cierta confusión en lo que realmente ocurre. Lo cual me lleva a hacerme algunas preguntas:

¿Por qué toda la prensa estaba presente en el momento de la detención? ¿Es conveniente que un caso de este tipo se conozca con tanto detalle desde el mismo momento en que se produce la captura? ¿No puede haber otras personas implicadas que, ante las noticias, hayan tomado la decisión de desaparecer?

¿Por qué un tema de este tipo se difunde con tanta amplitud de detalles –la delegada del Gobierno compareció prácticamente de inmediato-- cuando uno imagina que hay muchos aspectos de todo esto aún no aclarados? ¿No hubiera sido más conveniente esperar a disponer de información más precisa para informar a la sociedad? No sólo por el daño que estas informaciones causan en el negocio turístico, sino también porque yo no termino de ver que los datos de quién era el detenido se conozcan en el mismo momento de la captura, sin que sea necesario ver qué material estaba en su poder, qué contactos pudo haber tenido, qué tenía planeado.

Yo tengo la impresión de que aquí hay demasiadas ganas de salir en los medios de comunicación. Es completamente chocante que las detenciones sean fotografiadas por los periodistas. ¿Y si hubiera más gente? ¿Y si se desencadenara un tiroteo? ¿Estamos hablando, como sugiere la prensa europea, de un comando asesino como los desarticulados en Bruselas o, por el contrario, se trata de una persona que no disponía de armas, pero que estaba fanatizada?

¿No sería más conveniente tener la prudencia de esperar a los datos comprobados antes de hacer tanto despliegue?