Los mayoristas juegan contra España

Aproximadamente la mitad del negocio turístico europeo sigue estando controlado por los grandes mayoristas, aunque están en un declive lento e interminable. Los mayoristas alemanes y británicos ofrecen fundamentalmente vacaciones organizadas a sus clientes, a precios razonables, con muchas garantías, en destinos tradicionales. El Mediterráneo es el más importante. Como todo proveedor, los mayoristas necesitan materia prima que ofrecer, por lo que compran las camas hoteleras en los destinos turísticos. A más cara está la materia prima, o sea la cama de hotel, menos margen les queda. Así que no son precisamente lo que diríamos amigos de la situación generada el año pasado en el mercado, cuando España terminó prácticamente por quedarse con todos los clientes.

Por eso, de forma nada inocente, los mayoristas están empeñados en recuperar el mercado turco. A algunos, como a Thomas Cook, le va la temporada en ello, porque tienen una gran apuesta en ese destino. En menor medida esto afecta también a Túnez y Egipto, pero Turquía es la gran potencia. Y Turquía, tras el desastre de los dos últimos años, está en el mercado a precios muy competitivos.

O sea, es verdad que hay un retroceso de la presencia de España –inevitable por otra parte–, pero también es verdad que los mayoristas están trabajando con todo el ahínco del que son posibles, como se vio en la ITB, para promover Turquía. Les van muchos millones en beneficios.

Sin embargo, todo esto, como siempre, tanto en unos destinos como en otros, pende de un hilo, de una noticia, de unos locos, de cualquier eventualidad fuera del alcance de los mayoristas, de los hoteleros y hasta de los gobiernos.