El turismo en Turquía, en picado

Los problemas para Turquía se suceden. No es sólo que haya perdido prácticamente el cien por ciento de sus turistas rusos, debido al conflicto entre los dos países, sino que Turquía también tiene problemas para captar viajeros de otras nacionalidades, especialmente de los mercados importantes de Europa.

La muestra de esta crisis es Elixir Holidays, una agencia británica especializada en viajes a Turquía. Tras dos años de agobios para sobrevivir, finalmente acaba de cerrar, dejando a su plantilla en la calle y haciendo que sus clientes tengan que acudir a las indemnizaciones de la ABTA, la asociación que agrupa a las agencias. Y no es la única. Varias otras competidoras especializadas en ese mercado tampoco han podido aguantar la tremenda pérdida de clientes que están sufriendo. En el caso de las agencias especialistas, obviamente esto es mortal porque no tienen alternativas.

También las grandes, Thomas Cook y Thomson, están viendo cómo las ventas hacia Turquía caen en picado (las dos declaran haber perdido en torno a un 30 por ciento de las reservas que tenían un año antes, a estas alturas). Pero en su caso, han reservado plazas en España –la única alternativa realmente sólida a la crisis de Oriente Medio– y en el Caribe, que vivirá este año una temporada récord.

Recordemos no sólo la cercanía respecto de Siria, sino los sucesivos atentados en Estambul y Ankara, capaces de asustar al turista más valiente. Sin embargo, paradójicamente, Turkish Airlines sigue cosechando excelentes resultados económicos.