El aviso del hotelero líder

No es fácil ni habitual que el máximo responsable ejecutivo de una gran cadena hotelera española diga “las verdades del barquero”. Empresas como Meliá, por ejemplo, tienen intereses en diversas cestas, de forma que unas declaraciones sinceras suelen tener consecuencias incómodas que, habitualmente obligan a la mesura. Sin embargo, esta vez no ha sido el caso: Gabriel Escarrer (hijo), actualmente consejero delegado de la primera hotelera española, ha sido muy claro en una entrevista en Expansión: España debe poner en valor sus atractivos en naturaleza, gastronomía, patrimonio histórico y no seguir viviendo de lo que él llama “un cliente prestado”.

Interesante. Reconoce Escarrer que hoy una parte significativa de nuestra clientela está viniendo porque la inestabilidad, los conflictos o la tensión social de destinos competidores están desviando viajeros a España. Un viajero que nos prestan por sus problemas internos. O, lo que es lo mismo, nuestra planta no reúne las condiciones para captar a esos viajeros de forma natural.

El empresario apunta a algo obvio: es necesario modernizar la planta hotelera si queremos mantenernos competitivos. No podemos seguir ofreciendo hoteles de hace cincuenta años como si fueran de hoy, como si fueran lo último. Como es lógico, Escarrer apunta a dos cosas que el sector público debería estar haciendo: por un lado, liderar el cambio, liderar la concienciación y, por otro, invertir en lo que es su parte, en las infraestructuras y la planificación.

La reflexión merece que alguien toma nota, porque es atinada y adecuada, porque aborda un problema que está ahí y al que no le estamos haciendo caso. Es necesario planear un reposicionamiento de nuestra oferta turística, especialmente en el sector vacacional. Antes de los conflictos en el Norte de África ya vimos que este problema nos podía pasar factura pero, parece, el espejismo de esos turistas prestados, como los llama Escarrer, nos ha vuelto a distraer. Esperemos que no sea muy tarde para enderezar el camino.