Empezamos a ver y entender la película de este verano turístico, con lo que el año 2020 empieza a configurarse en el horizonte con más claridad. Los datos son, aproximadamente, los siguientes:
–Normalidad en enero, febrero y unos días de agosto, aunque todos sabemos que son meses de poca actividad.
–Desaparición absoluta del turismo y la actividad entre mediados de marzo y primeros de junio. Sólo podemos hablar de que en ese periodo la actividad en el turismo fue marginal.
–Desde junio y muy especialmente desde julio, hay una vuelta a la actividad que tiene resultados muy variables: en algunos lugares, dependientes del turismo interior, es posible que se esté llegando a unas cifras de actividad muy importantes, aunque peores que en 2019. Sin embargo, el turismo de sol y playa nutrido por europeos está hundido, con unos niveles de ocupación que podríamos estimar en un 30 por ciento, básicamente gracias a los alemanes.
–El resto del verano –lo que queda de agosto, septiembre y octubre– está hundiéndose porque España está demostrando que es incapaz de contener los brotes, por lo que numerosos países europeos recomiendan no viajar a nuestro país, creando un horizonte preocupante. Hoy mismo, con los datos de brotes, con la imagen que estamos dando, la idea inicial de que septiembre y octubre pudieran ser meses buenos, parece que es más un deseo que una posibilidad.
–Y, como siempre, noviembre y diciembre serán marginales.
–Finalmente tenemos el turismo de largo recorrido, de estacionalidad más laxa, que beneficia sobre todo a la España cultural, monumental, prácticamente paralizado del todo.
Los datos, pues, nos permiten prever que las empresas del sector van a tener pérdidas; que el estado va a dejar de recaudar cantidades ingentes de IVA porque no hay consumo turístico y que, además, el IRPF de incontables trabajadores del sector se verá muy reducido porque en España, como sabemos, el ERTE supone una pérdida de ingresos notable.
Sin ingresos en las empresas, con ingresos recortados entre al menos un 15 por ciento de la fuerza laboral del país, sin ingresos fiscales suficientes, el año 2021 presenta un panorama absolutamente desolador.
Hay que añadir algo más: es posible que, por ignorancia, por la sorpresa, por la novedad, la crisis de marzo no se pudiera contener mejor; sin embargo, es mucho más dudoso que hoy estemos conteniendo los brotes con suficiente contundencia desde una gestión descentralizada. El efecto de estos repuntes es dramático en todo este panorama, cuyos efectos padeceremos en los próximos meses.
Totalmente de acuerdo con usted. Se pueden hacer 200 cosas, pero para eso debería haber voluntad desde todos los ámbitos… Y los que deberían hacerlo, los que cobran por ello… Están de vacaciones!
Catatonica estoy.
Un saludo
La mayor mentira sincronizada a nivel mundial.
El pánico, como moneda corriente gracias a los medios de comunicación, y un movimiento imparable, que se está gestando en todo el mundo en pro de nuestros derechos vasallados.
Ese, es el futuro que nos acecha, a la vuelta de la esquina…