¿Donde está el ministerio de Turismo?

En Italia, ya hay ideas concretas sobre cómo será el verano. Será, que ya es mucho decir. Tendrá características peculiares, pero habrá temporada de verano y funcionará una parte de la oferta, con un plan mucho menos ambicioso de lo ordinario. Pero habrá quienes cobren sus salarios a partir de lo que otros gasten y dejarán de cobrar del Estado. Esto es lo que urge.

En Francia, el Gobierno ha encargado a las patronales hoteleras clasificar los hoteles en función de las posibilidades que tienen para adaptar sus infraestructuras a un entorno con el riesgo del coronavirus –por ejemplo, imagino, no se puede pensar en usar hoteles con pocos ascensores o demasiado altos--. El objetivo es que este verano las cosas empiecen a funcionar con un fondo de dinero que se les va a exigir a las aseguradoras, que en Francia han quedado libres de gastos (¿y en España?).

Y después está España, donde nadie sabe nada. No parece que haya ministerio de Turismo. No hay quien esté buscando salidas al problema de la aviación, fundamental para nuestro turismo internacional; no parece que se haya pensado en organizar vacaciones interiores; no hay quien esté preparando una lista de hoteles en función de su capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias. Vamos, que no parece que tengamos gobierno. O sí, porque lo vemos todo el día peleándose con la oposición.

Esta es la situación hoy en el Sur de Europa, con España claramente en el peor lugar. O sin lugar. Gracias a Dios, los intereses privados son muy grandes como para que esto quede así, pero si fuera por el Estado…