Ignacio Vasallo ha escrito tres artículos consecutivos en esta misma columna donde cuenta las bellezas naturales y sobre todo el calor humano que Colombia ofrece a los visitantes. Puro Caribe, pero sin límites: montañas, naturaleza, cultura, tradición, comida y paisajes. Una maravilla. Obviamente, Vasallo no es el único que elogia Colombia, pero ahora su viaje y sus comentarios son posibles porque Colombia ha entrado en una era de normalidad, sin la violencia que la desangraba.
Colombia está introduciéndose en los mercados turísticos mundiales porque, a decir verdad, salvo Cartagena, estaba bastante limitada por la violencia terrorista que sufría y, no menos importante, por la violencia vinculada al narcotráfico, que se convirtió en un símbolo del país.
Colombia tiene por delante un largo camino hasta convertirse en una potencia turística, pero al final del trayecto tiene posibilidades de ser una potencia del sector. Es como Cuba: un tesoro sin explotar, con una población alegre, divertida, abierta y amable. Y no sólo es la costa la que puede atraer, sino el interior. No todo es bonito, pero hay ciudades y pueblos coloniales encantadores, llenos de historia y de valores para el turismo.
El renacer de Colombia no tiene que ver sólo con la desaparición, paulatina, de la guerrilla (el acuerdo con las Farc ya se ha firmado y a día de hoy se sigue negociando con el ELN, con buenas perspectivas), sino también con la desaparición de los famosos clanes de narcotraficantes que, sobre todo en Cali, habían dañado la imagen del país. La violencia, la lucha entre mafias, los controles en los aeropuertos, la sospecha que generaba un pasaporte con el sello de Colombia, eran todos factores que frenaban el turismo a ese país.
Hoy este camino empieza a desandarse y puede que en unos años Colombia ocupe el lugar que merece en el turismo caribeño. Que no será marginal. Atención a este país, pues. Estar allí puede ser tan importante como estar en Cuba, por mucho que nadie lo proclame a los cuatro vientos. Colombia es una oportunidad de futuro.
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Lo más bonito de Colombia, sin duda, es Cartagena de Indias. Las ciudades de Medellín y Bogotá con dedicarles un día a cada una es suficiente. Colombia es bonito pero no es espectacular como puede ser Perú o Argentina. Estuve en Navidades en Colombia.
José no conoces Colombia.Si Cartagena es espectacular pero hay muchas más cosas,ciudades,pueblos,naturaleza que se ve que no conoces.Medellín en un día? solo el Hueco te lleva medio y si sumas un par de museos y su noche no has conocido casi nada y ya se te acabo el día.
El peligro esta en el recrudecimiento de la violencia callejera hace dos años muy controlada y ahora en total descontrol con la multiplicación de las Balcrim que se nutren de los guerrilleros de las Farc.
La guerra con la guerrilla a terminado pero comienza la guerra en las ciudades, el Novel de Santos le va a costar a los ciudadanos de bien Colombianos sangre,sudor y lagrimas.
No olvidéis que el acuerdo fué rechazado en referendum por la mayoría del pueblo Colombiano,por algo será.
Y en Marzo elecciones con el dinero del narcotráfico de las Farc y Venezuela.
He estado en más ciudades obviamente, simplemente comentaba que las grandes ciudades como Medellín y Bogotá no les dedicaría muchos días e iría a otras ciudades del interior y del eje cafetero, por ejemplo. Al igual que Lima, también recomendaría dedicarle un día y el resto de días visitar lo más importante. A veces, cuando se viaja, uno desea tener los suficientes días para verlo todo, pero el tiempo es limitado y hay que elegir hacer unas cosas y dejar otras. Yo recomendaba eso.