Ahora se entiende todo

La presidenta del Govern Balear estuvo el jueves en Madrid, en uno de esos foros-desayuno en el que se concentran quienes desean quedar bien con los conferenciantes, pero que no aportan absolutamente nada al debate público.

En esa ocasión, la presidenta dijo que cómo era posible que las autonomías hicieran una estrategia turística si no tenían participación en la dirección de los aeropuertos de su región. El tono de la intervención invitaba a pensar que claro, ese es el motivo por el cual nuestro turismo va como va. Como si explicando esto, se pudiera entender todo.

Sin embargo, cualquiera que conozca un poco este asunto sabe que se trata de un dislate mayúsculo. En primer lugar, porque ni las autonomías, ni Aena tienen nada que hacer en la decisión de qué compañías aéreas vuelan a qué ciudades. Esa es una decisión privada, de quienes arriesgan su dinero poniendo aviones a volar entre dos ciudades.

Segundo, hay países enteros en los que los aeropuertos son privados, donde los políticos ni entran ni salen, y van bien. Por ejemplo, el mayor aeropuerto de Londres lo gestiona Ferrovial, mientras que el cuarto está en manos de Aena.

Quizás la presidenta quisiera hacer referencia a los precios que aplican los aeropuertos, lo cual es un asunto relevante a los efectos de la viabilidad de ciertos vuelos. Pero que lo digan desde las autonomías, ejemplo de mala gestión, es bastante sospechoso.

Pero, sobre todo, no estaría de más que la presidenta de Baleares recordara que su región llegó a ser la líder europea en turismo sin la intervención de los políticos autonómicos en los aeropuertos. Y ninguna falta que hacía. Por lo menos reducimos el número de enchufados.