ITB de Berlín: cae un icono que evidencia la gravedad de la crisis coronavírica

La cancelación de la ITB de Berlín por primera vez en 54 años evidencia la gravedad que en solo unos días ha alcanzado la crisis turística por el pánico al coronavirus, más que por el coronavirus en sí. Y hace ver la gravedad porque la ITB es un icono del turismo y de la globalización, con más de medio siglo a sus espaldas, cuando el Sector tenía un tamaño diminuto al actual, y que ha ido resistiendo a todas las grandes crisis que, de distinto tipo, la humanidad ha sufrido desde entonces.

La ITB de sus inicios era de un volumen ínfimo comparado al actual, sin el desarrollo del marketing al que se ha llegado hoy con los ampulosos stands, y sin la digitalización que ha permitido que los contratadores de las agencias y los comerciales de los hoteles puedan pasear por los pasillos de Messe sin maletas llenas de papeles con las que firmar los cupos y garantías como se hacía antaño (Definitivo: la ITB de Berlín se suspende por el coronavirus).

La ITB de sus inicios fue uno de los primeros iconos de la incipiente globalización que se aceleraba con la expansión del transporte aéreo, y que acabó de explotar hace un cuarto de siglo con la liberalización de los cielos y la irrupción de las low cost. La feria turística de Berlín, como la mayor mundial del Sector, se mantuvo siempre como la referencia, superando e incluso saliendo reforzada de la dura crisis de hace una década, cuando se llegó a dudar de la utilidad de estos eventos.

Pero tras varios días luchando sus organizadores para evitar que cayera por primera vez un icono turístico y mundial por culpa de un pánico desmedido, la presión y el miedo del gobierno federal alemán ha sido imposible de vencer, y tras horas de negociaciones y tan solo a cinco días del arranque oficial de un evento con más de 100.000 visitantes de todo el mundo, se anunciaba la cancelación de una feria, anticipando consecuencias imprevisibles.

Para la propia ITB sentar este precedente es un golpe muy hondo de cara a abrir la incertidumbre para las próximas ediciones, con un intenso impacto para la economía berlinesa, pero también y sobre todo para el grueso de la industria turística, que durante tres días tenía en la capital alemana el punto de encuentro donde dos o tres veces al año pueden verse con su círculo de intereses de la familia turística.

La cancelación de la ITB, así, evidencia que la humanidad no ha sido capaz de imponerse al pánico irracional, ni siquiera con toda la fuerza de su industria más tolerante y afectada, lo que involuntariamente va a contribuir a alimentar más la psicosis, en lugar de nutrir más una normalidad que entre la sociedad y los políticos están alejando con decisiones que se retroalimentan y que carecen de coherencia.

María Neira, directora de Salud Pública y Determinantes Ambientales y Sociales de la Salud de la OMS, dijo a ABC estar preocupada por la propagación de otro peligroso virus: el miedo, ante el temor infundado se ha extendido entre el público y está llevando a gobiernos e instituciones a tomar decisiones irracionales. "Lo que más nos preocupa ahora mismo son las reacciones desproporcionadas y el caos que se está empezando a generar", señaló.

"Es un virus que se está transmitiendo mucho, eso es cierto, pero que en un 80% de los casos no desarrolla síntomas, que un 15 % desarrolla síntomas leves o moderados y que un porcentaje va a necesitar atención hospitalaria", explicó, y agregó que "las cancelaciones y el pánico son algo paralelo. Creo que está todo retroalimentado: en cuanto un gobierno toma la medida de cerrar una frontera, los ciudadanos se asustan más. Al estar más asustados, presionan más a sus gobernantes. Si estos toman medidas de máxima precaución, el ciudadano interpreta que algo tremendo está ocurriendo... Creo que es muy peligroso lo que está sucediendo".

Así, la cancelación de la ITB evidencia la gravedad de la crisis del pánico coronavírico, más que la crisis por la enfermedad en sí, por lo que para evitar males que pueden ser mucho mayores a los miles de despidos ya anunciados por gigantes de las agencias online, de la aviación y de la hotelería, cabe poner como prioridad mundial el recorte de esta psicosis ya histórica, con más datos y más contexto, en lugar de tanto alarmismo e histeria carente de fundamento (Air France: 1.500 despidos por la crisis del coronavirus chino).