Sacyr, otro 'humilde' dueño de pisos vacacionales

Les explicaba ayer que un propietario de esos que comercializan apartamentos turísticos tiene 500 pisos en Ibiza. E ironizaba con que esos son los 'humildes' dueños de una segunda vivienda de la que nos hablan los políticos, son aquellos en cuyo nombre estamos propiciando un 'boom' de visitantes nunca antes visto, con las consecuencias ambientales que nos habían predicho.

Hoy, Diario de Sevilla publica que las grandes empresas que han construido 29 promociones de oficinas en la capital hispalense han encontrado en los apartamentos turísticos la salida a su mal cálculo inversor, al exceso que han cometido. Las oficinas, como ustedes saben, son un buen negocio, pero cuando la economía va bien. Desde la crisis, las empresas aprendieron a medir bien cada metro cuadrado de suelo que ocupan, por lo que en muchas ciudades, pero especialmente en Sevilla, hay una sobreoferta.

Las promotoras, como se imaginan, son grandes organizaciones cuyos nombres son conocidos por todos. El periódico nombra, por ejemplo, a Sacyr, entre otras empresas, del estilo. Pues bien, estas oficinas están siendo reconvertidas en apartamentos turísticos. Nada que objetar, porque cada empresario busca la salida que quiere para su inversión. Pero sí que hay dos comentarios altamente críticos con los políticos:

En primer lugar, hacer un hotel es un calvario de regulaciones, desde metros a características de cada espacio, desde zonas comunes a áreas individuales. Probablemente sea correcta tanta regulación, pero entonces, ¿qué explicación tiene que una oficina pueda servir fácilmente como apartamento pero no como hotel?

En segundo lugar, Sacyr y cualquier otra empresa hacen lo que toca al convertir sus oficinas en apartamentos que sí son rentabilizables. Pero entonces, ¿en qué queda el discurso vacío del político que dice que estamos ante 'humildes' familias que buscan obtener un rendimiento de su segunda residencia?

La pregunta que nos queda al final es si todo el mundo puede convertir su casa en un hotel, ¿por qué no es un restaurante, en un comercio, en un teatro, en un taller mecánico? ¿Por qué yo no puedo usar mi jardín para reparar coches y tiene que venir un representante municipal y decirme que necesito licencias, permisos, etcétera?