¿Qué ha ocurrido entre Londres y Madrid?

Cualquiera que tenga un poco de conocimientos sobre el mundo diplomático entiende que la crisis de la cuarentena entre España y Gran Bretaña tiene puntos oscuros para los que hay únicamente dos explicaciones: malicia por parte de Londres o estupidez e incompetencia descomunales por parte de Madrid.

No me refiero tanto a la decisión inicial, la del sábado 25, de aplicar la cuarentena a todo viajero proveniente de España que quisiera entrar en el Reino Unido. En todo caso, en este tema es raro que  se haya acordado sin hablar con el embajador español en Londres, pero… aceptemos este absurdo.

Inmediatamente, España dijo que iba a negociar que se levantara la cuarentena para los archipiélagos. Era razonable no sólo porque allí los índices de contagios son bajos sino porque Londres a Portugal le ha aplicado la cuarentena y, sin embargo, ha excluido a Azores y Madeira. El mismo sábado y también el domingo y lunes España estuvo ventilando que negociaba. El lunes 27 llegó a filtrar que era inminente la derogación de la cuarentena para los archipiélagos.

Ese lunes, a última hora de la tarde, Londres hace exactamente lo contrario de lo que Madrid pedía: endurece la situación y también recomienda no viajar a Baleares y Canarias, cosa que el sábado sólo se proponía para la España continental. (Un inciso: esta “recomendación” equivale a una prohibición en los hechos porque si el Foreign Office recomienda no viajar a un lugar, automáticamente dejan de tener validez los seguros lo que, en la práctica, equivale a prohibir los viajes.)

¿Cómo se explica diplomáticamente esta humillación del lunes? En el mundo de la diplomacia, ningún gobierno juega a ofender al otro, al menos no gratuitamente. Lo ocurrido el lunes fue desproporcionado, ridículo. Dejó a España con un palmo de narices. ¿Por qué Londres actuó así?

Y ahí vienen las dos posibles respuestas mencionadas al principio. La primera, malicia para con España. Sin embargo, yo me pregunto si está Londres en condiciones de ser perverso con un país que tiene poder de veto en las negociaciones del Brexit, a apenas dos meses de que se cierren estas. ¿Es concebible que un país haga un desprecio tan ostensible a sus dirigentes y los deje gratuitamente en el ridículo? Yo personalmente no lo veo, pero hay que admitir que es una posibilidad.

La segunda hipótesis es que España haya sido incompetente y torpe en su negociación. Yo no sé qué contestó Londres, pero sí sé que no es normal que ese mismo lunes los ministerios de Exteriores y Turismo filtraran a la prensa, incluso a la prensa británica, que quedaban horas para desactivar la cuarentena en Baleares. Es Londres quien debería haberlo anunciado y no Madrid. Generar esa presión sobre Londres no es serio ni, por supuesto, diplomático. Tampoco me imagino que durante esas conversaciones Londres estuviera admitiendo que iba a ser más laxo para después hacer lo contrario de lo que decía. Desde mi punto de vista, la postura británica sólo se explica por conveniencia: a más turistas se queden en el país, más divisas dejan de salir, más se gasta en sus empresas, y menor será el impacto de la paralización económica del coronavirus. Si esto es así, por supuesto que se disfraza, pero lo que no se hará nunca entre diplomáticos es dar por hecho lo contrario, dejar que el interlocutor se entusiasme, hacerle dar un patinazo y dejarlo, como se suele decir, con sus debilidades al aire. 

En definitiva, estamos ante un misterio que demuestra que alguien aquí ha jugado muy mal. O muy bisoñamente.