Más allá de la discusión que se puede establecer con el ministro de Consumo, Alberto Garzón, la cuestión verdaderamente dramática no es lo que dijo, sino que haya que contestarle. El desastre es que en este país haya quien haga afirmaciones así y se le tenga que responder, como si fuera un marciano que no sabe en qué país se encuentra.
Nadie sabe muy bien qué objetivo persigue el ministro cuando señala que el turismo no ofrece empleo de calidad. ¿Quiere decir que él dispone de otro tipo de empleo? Si España dispusiera de empleo de calidad, bueno, de ese que ningún trabajador podría despreciar, simplemente los hoteles y las empresas turísticas tendrían serios problemas para conseguir empleo. Todo trabajador, señor ministro, prefiere un empleo fijo, estable y con un salario neto de 2.000 euros, que un empleo estacional, sufrido y con retribuciones inferiores.
¿Por qué sigue habiendo trabajadores que acuden a las búsquedas de empleo del turismo? ¿Por qué tantos españoles están desesperados por poder trabajar en el turismo? Ministro, la respuesta es muy dura: por que no hay otra cosa. O no hay suficientes otras cosas. Ministro: los gobiernos españoles están integrados por personas como usted, que hablan mucho, pero no han conseguido crear una actividad económica que ofrezca empleo.
A partir de ello, pocas cosas son más aberrantes que discutir si el empleo del turismo es o no el adecuado. Pues probablemente no sea lo mejor, pero para muchos, para millones, es lo único. Y están felices porque tienen ese empleo que les permite vivir con la dignidad de haberse ganado el salario con su trabajo. La mayor dignidad que tienen muchas personas: no deberle nada a nadie y haber ganado su ingreso con honestidad.
En cambio, pronto España tendrá un batallón de personas que, debido a que ustedes, los políticos, no han sabido crear empleos, habrán de vivir de una ayuda que, naturalmente, ustedes venderán de forma tal de captar a esas personas como votantes. Una ayuda que no hará más que incrementar la carga fiscal que deben pagar quienes sí trabajan, quienes sí tienen un empleo.
Este es el debate verdadero y no el que plantea usted, ministro.
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Por qué, muy sencillo, porque hay que comer, y pagar gastos, que no vienen del cielo. Y es mejor cobra trabajando en un bar haciendo un horario maratoniano o limpiando hbitaciones por 800 euros. Por la misma razón que la gente se va hacer el verano a Ibiza o Mallorca, comiendose el alojamiento la mitad del suelo, lejos de su casa. Por la misma razón que si usted va por los bares de Madrid, están llenos de emigrantes latinoaméricanos, en muchos casos con estudios, porque el mercado no les ofrece otra cosa, aunque estén capacitados para ello. Otra cosa, es la gente que trabaja en los staff de los hoteles, o titulados en una agencia de viajes o un resturador. No todo es tan sencillo, hay gente que tiene vocación y formación, y se dedica a lo que le gusta y para lo que se ha formado. Pero en el resto, mucha gente ni tiene vocación ni interés, va donde puede, pero de ahí a pensar que todo el monte es orégano, va a un abismo. La hostelería, en general no interesa a casi nadie, a los jóvenes, porque en muchos casos son trabajos temporales y mal pagados, en muchos casos para trabajillo de vacaciones, mientras estudian y en otros, porque no les queda otra cosa, como ya he puesto el ejemplo de Madrid. Y francamente, cualquier persona, con un salario igual o superior no trabajaría en trabajos de nivel bajo en un hotel, bar o restaurante. Saludos
Hace algunos años estuvo en Palma participando en un foro y dijo un monton de majaderias. Tuve la oportunidad de acercarme tras la conclusion y comentarle que era obvio que lo que argumentaba era una total falsedad y lo que proponia un total desproposito y me contesto que por supuesto lo tenia claro, pero que habia que parar a la derecha como fuera y que para eso todo era valido y necesario. Incluido mentirle descaradamente a los suyos.
Notese que nunca nos habiamos visto antes y que no le fui presentada.