Las ventajas de Aena

Los partidos políticos y los gobiernos periféricos no cesan de atacar a Aena como un organismo a desmantelar. La empresa semipública, que efectivamente tiene graves defectos en su funcionamiento, es duramente criticada pero no por estas disfunciones sino por su dependencia de Madrid, por su centralismo.

En estos días, sin embargo, el que quiera puede ver la utilidad de una empresa centralizada para operar la red aeroportuaria del país. Hoy, en toda Europa, los aeropuertos pequeños están en quiebra, lanzando una llamada desesperada de rescate. Les ocurre a todos, desde Irlanda a Grecia, de Alemania a Italia. Nadie sabe muy bien cómo se recuperará la red existente antes del Covid ni, sobre todo, con qué dinero.

En España, en cambio, la estructura central asegura la supervivencia del conjunto, con un sistema interno de reequilibrios que hace que el país pueda mantener el aeropuerto de Mahón igual que el de Jerez, el del Alvedro o Barajas. Es cierto que hay aeropuertos redundantes que un gestor menos político habría cerrado hace tiempo, pero también es cierto que la estructura central de Aena es la que permite que hoy los aeropuertos deficitarios sobrevivan aprovechando la solidez de un modelo centralizado.

Ante esta evidencia, no me sorprende la deslealtad de quienes en su campaña permanente contra todo lo que cohesione al país hoy callan ante la demostración de la utilidad de Aena, pero sí me llama la atención el silencio de quienes siempre se han visto acorralados ante las críticas y que tampoco hoy comparecen para defender lo evidente.