Es de tal nivel la incompetencia de nuestros gobiernos, europeos, nacionales o regionales, que no pasa un día en que no perpetren varios disparates. La histeria generada por el virus ha permitido ver con toda su crudeza el nivel de mediocridad que nos gobierna.
Este lunes, por poner un ejemplo sencillito, el Gobierno nacional, después de que hubiera proclamado que no iba a adoptar ninguna decisión sin coordinarse con la Unión Europea, prohibió los vuelos procedentes del Reino Unido. Pero, al mismo tiempo, dijo que estaba permitido que los españoles y residentes pudieran entrar.
¿Cómo es posible que no se pueda volar y que, sin embargo, se permita a los españoles venir? En la práctica, miles de españoles, con los billetes pagados, están en Gran Bretaña esperando a ver qué pasa con sus vuelos para España que, como es lógico, en estos momentos están cancelados. Los vuelos o se cancelan o no se cancelan. Lo que no es posible es cancelarlos sólo para unos y no para todos.
La reacción, y esto ya no es sólo un tema español, responde puramente a necesidades mediáticas. Las pruebas PCR son garantía de que estos viajeros no están contagiados. Y si lo estuvieran, ¿qué más da que sea un español o un inglés el que lo trasmite? Cuando el domingo se inicia la ola de cierres de fronteras, ya estaba documentada la presencia de esa variante del virus en Italia, Holanda, Gibraltar y Dinamarca, lo que convierte la medida en inútil.
Las autoridades británicas dicen haber identificado esa variante del virus desde septiembre. En Baleares, por ejemplo, se hace pruebas genéticas a alrededor del diez por ciento de los positivos de virus y estaban ahora por octubre. O sea, ningún positivo de noviembre había sido todavía investigado. De forma que se pueden imaginar lo que está ocurriendo o que puede estar ocurriendo ahora mismo en Europa.
Mientras tanto, nadie cuestiona que la Agencia de Medicamento europea estuviera tres semanas para aprobar la vacuna que ya han recibido más de trescientos mil ingleses y miles de americanos.
Una epidemia retransmitida en directo por medios de comunicación desesperados por exagerar, con una sociedad llena de gente aterrorizada es imposible de gestionar, encima con políticos de una mediocridad jamás vista antes.
La principal víctima de todo esto es el turismo y el transporte. ¿Cómo puede una aerolínea soportar la inacabable saga de cambios que han tenido lugar estos días en Canarias, por poner un ejemplo? Esto es simplemente la muerte.
Ni hemos salvado a la gente, ni hemos salvado la economía. Hemos complicado todo hasta lo indecible. Y así nos va.
Todo esto pasa por no poner unas medidas claras, rotundas, generales y con antelación suficiente. Un desastre total.
Me autocorrijo, quería decir el virus distingue entre británicos y españoles. Perdón
cortas pero dejas volver a tu gente cojones.. k pasa por eso?
Ha pasado casi un año y seguimos igual. ¿Cuánto más?!