Las aerolíneas, especialmente las que operan en el continente latinoamericano, están absolutamente indignadas con lo que está ocurriendo en Argentina. Cincuenta mil de sus ciudadanos, también. El Gobierno de Buenos Aires decidió cerrar sus fronteras a todas las entradas (todas, incluidas las de los residentes en el país, también los nacionales), para prevenir la entrada de la cepa Delta, o india. Unicamente se permiten 600 personas al día, dos aviones. Sólo a Estados Unidos, solían volar siete aviones diarios. Encima hay que añadir los vuelos regionales y los de Europa.
Ya ha habido casos de la cepa india dentro de los límites del país, entre otras cosas porque los controles que se venían llevando a cabo eran muy limitados y, además, porque entre Argentina y Paraguay pero muy especialmente con Bolivia, hay decenas de pasos fronterizos sin control alguno. Bolivia, como Perú o Brasil, tienen todas las cepas habidas y, encima, no disponen de mecanismos rápidos para identificarlas.
Encima aparentemente hay un componente político. En Argentina, la vacunación ha sido errática y se ha utilizado sobre todo la vacuna rusa Sputnik V. La Sputnik funciona bastante bien, pero no está reconocida por los grandes países, de manera que quienes se vacunan con ella no pueden viajar. Por eso, miles de argentinos se marcharon, sobre todo a Estados Unidos, a ponerse la vacuna por su cuenta. Obviamente, no son los pobres. Y ahí se agarra el Gobierno argentino: si se fueron, que se apañen, dicen fuentes de la Casa Rosada, conscientes de que entre esta gente hay pocos o ningún votante de Alberto Fernández, el presidente.
Las aerolíneas están absolutamente enfadadas porque se encuentran con una situación sin precedentes, agravada porque ya han pasado dieciocho meses de pandemia y porque en Argentina, en lugar de mejorar, las cosas parecen empeorar. En muchos países hay argentinos varados, gastando su dinero en hoteles, en restaurantes, sin tener ni idea de cuándo podrán regresar. Los viajes que se habían venido llevando a cabo eran absolutamente legales, aunque con las pruebas PCR que son ya un hábito.
Si todos los argentinos se movilizarán igual que en el entierro de Maradona todo sería diferente.
No llores por mi … Argentina.!!!
La historia se repite, una y otra vez.
Luego, hablan de comunismo en la madre patria, gesanta.!!!
Entre peronistas y retrógrados oficialistas, acabarán con el País, si todavía no lo han conseguido.
No solo argentinos, a los australianos les pasa tres cuartos de lo mismo, y digamos que hay un gobierno afin al medio. Y en lugar de mirar la paja ajena se podía ver los viga en el propio, en este país al principio de la pandemia hubo miles de españolitos tirados por todo el mundo durante meses, así que menos pontificar.