Alta velocidad y aeropuertos en Cataluña

Yo no conozco ninguna región en Estados Unidos cuyos aeropuertos estén enlazados con trenes de alta velocidad. Cierto que en el país más rico no hay mucha tradición de trenes de alta velocidad –ni tampoco, que digamos, de baja velocidad para pasajeros. Pero en Europa, donde nos podemos comparar mejor, tampoco conozco nada parecido. 

En Italia, que tiene una excelente red de alta velocidad, los trenes no llegan ni a Fiumicino, ni a Malpensa, ni a Linate. En Francia, en cambio, hay algunos enlaces con los aeropuertos, pero ni por asomo hay una región cuyos tres aeropuertos estén enlazados con un tren de alta velocidad. En Alemania, por cierto, tampoco, aunque sí hay trenes de cercanías en casi todos lados.

En Gran Bretaña están ahora haciendo su primera línea de alta velocidad –si descontamos la que enlaza la isla con el continente– y ni siquiera para en Heathrow, el aeropuerto más grande del país. Parece, en cambio, que pasará por Manchester. Pero nada de tren de alta velocidad para enlazar tres aeropuertos en la misma región.

Se ve que Cataluña tiene necesidades que no tiene el resto de España. A Sevilla, por ejemplo, no se puede llegar en tren normal. Ni a Murcia, ni a Alicante –aunque aquí está cerca, pero es una vía de escaso uso–, ni a Santiago, ni a Vigo, ni a Avilés, ni a Bilbao, ni a Zaragoza, ni a Valencia, aunque hay metro. En media España las conexiones entre los trenes y los aeropuertos son deficientes, con mucho para avanzar.

Pero España, en su extraña lista de prioridades decide unir con tren de alta velocidad los aeropuertos de Gerona, Reus y Barcelona. Curioso.