Los medios de comunicación de Baleares publican diariamente declaraciones de dirigentes hoteleros que añaden más leña a la imagen caótica que está ofreciendo el colectivo ante la sociedad balear, regada con gasolina por parte de los grupos políticos hostiles a este grupo empresarial.
No pasa día sin que aparezca una nueva declaración absurda. Este fin de semana, los hoteleros de Menorca y de Ibiza atacaron el cambio de postura de los mallorquines, quienes inicialmente habían celebrado la nueva Ley del Govern Balear sobre el Turismo y después parece que la hubieran leído para empezar a criticarla.
En medio de la confusión, un grupo de expertos en turismo puso este fin de semana un poco de sensatez sobre el tema, explicando varias cosas que merecen ser reconocidas:
Primera, que la manipulación mediática del Govern Balear, orientada a presentar esta ley como la salvación de la humanidad, roza la obscenidad. Es evidente, dicen, que no va a suponer grandes cambios, si bien todo lo que pretende va en la dirección correcta.
Segundo, que muchos hoteles, prácticamente la mayor parte, ya habían abrazado las políticas sostenibles sin necesidad de esta ley que tampoco cambia las cosas.
Y, finalmente, pero no menos importante, que esto no aborda para nada el problema de la masificación que se vive en los momentos extremos del verano.
Los razonamientos son impecables y explican cómo se han venido haciendo las cosas.
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Los dirigentes de las asociaciones parece que piensan más en una futura carrera política que en ejercer de lobby.
2. El Govern balear sólo habla con escarrer. Y eso no representa a un sector.
3. La circularidad no es un asunto que dependa de la Consellería de Turismo, sino que es un tema que atañe regular por parte de otros organismos.
4. La ley solo prohíbe y solo regular lo que no pertenece a su ámbito.
5. La representación hotelera está fragmentada.