Los costes son los costes

En todos los negocios, hay tres maneras de ganar dinero: primero, con costes bajos; segunda, con precios altos y, lo más frecuente, con una combinación de ambas. En aviación, sin embargo, lo segundo es muy improbable, porque las aerolíneas todas emplean el mismo tipo de aviones y el pasajero difícilmente encontrará razones para pagar de más. Algunos, como Volotea, exploran esta vía ofreciendo rutas raras, lo cual permite cargar un poco más.

Pero lo fundamental, casi siempre, son los costes. Uno sale a vender con unos costes determinados. Si son altos, como el precio de venta tiene poco margen de maniobra, no gano o incluso puedo perder. Si los costes son bajos, gano un poco si compito para echar a un rival o gano mucho si me alineo con él.

No hay mucho más. La imagen de marca puede influir, por supuesto; disponer de buenos horarios también puede ayudar, pero los costes siempre son los costes.

Ahora, uno de los costes fundamentales, el del combustible, se está disparando. Sin embargo, aunque el precio sube para todos, no afectará igualmente a todos porque algunos tienen asegurados los precios. O sea, tienen margen para ajustarse más al mercado.

Este será el secreto de este verano: las compañías que tengan precios más ajustados conseguirán más ocupación y eso supondrá más ingresos marginales; quienes vayan justito, para ganar arriesgarán a no llenar el avión y eso es siempre un problema a la hora de hacer los números.

Si usted además es una aerolínea con el pasivo de Air Europa y sus clientes podrían dudar en comprar por culpa de la inestabilidad, las cosas no pintarán de forma maravillosa.