Hyatt: EEUU entra de lleno en España

De la noticia estrella de ayer, que Hyatt compra AMResorts, en España nos interesa fundamentalmente comprobar que, finalmente, una de las grandes americanas mete su nariz en el negocio turístico hotelero español tradicional, cosa que no había ocurrido hasta ahora (Confirmada la exclusiva mundial de ‘Desarrollo’: Hyatt comprará ALG).

Esto no es necesariamente malo en la medida en que nuestras empresas también tengan presencia en otros países, como efectivamente ocurre.

Sin embargo, la decisión de ayer de Hyatt es un buen aviso a los incontables españoles que, sin entender cómo funciona el negocio a nivel internacional, son partidarios de que nuestras cadenas no salgan de nuestras fronteras. Aducen que se llevan el dinero fuera, como si eso nos empobreciera.

Observen: ayer Hyatt invirtió en AMR y con ello, en parte, en España. Así funciona el mundo de los negocios: hoy inviertes tú fuera y otro día te llega dinero de fuera.

¿Cuál es el punto clave de todo esto? Que el sector del alojamiento español tiene que ser competitivo, es decir, ser capaz de ofrecer un producto, una calidad y un precio que sean válidos en el mercado, que nos permita tener presencia. Está bien que las otras cadenas vengan a España, pero a cambio de que nosotros sepamos ir a donde están ellas y plantarles cara.

Esto, afortunadamente, es verdad para el turismo español. No lo es para muchas otras industrias que tienen dificultades para competir, pero sí lo es para el turismo.

Yo les recuerdo que hay cadenas mallorquinas instaladas en Estados Unidos, el país más competitivo del mundo en el negocio del alojamiento. Hay algunas que tienen decenas de hoteles en gestión y otra se ha instalado en Nueva York y ha implantado su modelo de negocio con éxito. Les aseguro que esto es tan meritorio, en su área, como lo que Zara ha hecho en su área de especialización.

Este es el punto crítico. Por eso, la entrada de una de las grandes en España no es un problema. De hecho, la entrada de AMR, que no era una grande pero era americana, era un presagio de lo que terminaría sucediendo.