El buenismo destructivo

Un avión de Tui que estaba procediendo a despegar, canceló toda la maniobra y volvió al punto de partida, como gesto amable a una familia que había perdido el pasaporte y que lo encontró cuando ya el avión había partido. Se perdió una media hora en toda la maniobra (Un Boeing 737 de Tui aborta el despegue para recoger a dos pasajeros).

Escribo por mi absoluta sorpresa respecto de la cantidad de personas que manifiestan en la web de Preferente su satisfacción por la decisión del piloto.

Básicamente, se trata de que la compañía aérea retrasó su vuelo para evitar que quienes olvidaron o extraviaron su pasaporte tuvieran que quedarse un día más en el mismo aeropuerto, volando después.

¿Debe una compañía aérea ser empática con sus viajeros de manera que ‘entienda’ y se adapte a los olvidos, fallos, errores o imprevistos que nos ocurren?

Algunos lectores que se manifestaban en contra de la postura del piloto decían que por esos pasajeros, otros ciento cincuenta tuvieron que ver retrasado su vuelo. Yo añadiría que probablemente los afectados hayan sido muchos más porque los familiares que estaban en los aeropuertos de destino tuvieron que esperar más tiempo, pagar más aparcamientos, perder los trenes que pudieran tener previstos; los viajeros de los vuelos siguientes se encontraron con esa demora acumulada, etcétera, etcétera.

¿Debe una aerolínea ser empática? Bien, aceptemos que sí. Entonces la pregunta es hasta qué punto. Por ejemplo: ¿si se nos rompe el coche en el que íbamos al aeropuerto deben esperarnos? ¿Y si hay un choque? ¿Y si nos olvidamos en casa de un medicamento vital? ¿Debe la compañía informarnos de que se trata de una aerolínea empática, en el sentido de que retrasará su vuelo en el caso tal y cual?

¿Ha de ser empático el aparcamiento cuando nos retrasamos por el olvido de algo y nos ha de cobrar el tiempo que hubiéramos debido de estar si no hubiéramos debido de volver a casa? ¿Y si perdemos un coche de alquiler –las alquiladoras pueden llegar a mantener el coche sólo dos horas después de la hora de recogida-- por la empatía de la aerolínea, debería esta pagarnos un nuevo coche de alquiler?

Francamente, yo no puedo entender cómo en un caso como este, que distaba muchísimo de implicar riesgo vital –cosa que entra dentro de lo más absolutamente excepcional– nuestra sociedad haya llegado a interiorizar este nivel de buenismo tan absurdo.

Para mí, salvo casos de vida o muerte, el horario de partida debe ser respetado cualquier sea el motivo. Obviamente, si hay fuerzas fuera de control, es otra cosa. Pero que un avión regrese a origen porque finalmente ha aparecido el pasaporte de un viajero…