Dos vencedores y medio

La crisis de la aviación europea va a tener dos ganadores... y medio. Sin duda, Ryanair y WizzAir van a emerger tras la crisis con un poder incomparable, porque no han tenido que endeudarse dado que tenían reservas, y porque serán los primeros en recuperar la normalidad. Las compañías legacy con las que compiten están casi todas, muy por detrás.

En el caso de WizzAir, hay que recordar que ayer se supo que negocia la compra de otros cien aviones Airbus, para añadir a los 388 que ya está operando, lo que definitivamente la convierte en una grande. Sólo puede cometer el error de no madurar sus rutas nuevas, que está ahora mismo estableciendo en todo el continente y más allá (ayer mismo voló por primera vez de Abu Dhabi a Bahrein).

Es mucho más dudoso el futuro de Easyjet. No por mala gestión sino porque su apuesta, lógica y bien pensada, colisiona con la realidad impuesta por el Covid. Su modelo de futuro es ocuparse del transporte interurbano europeo, entre ciudades de primera y si acaso algo de segunda. Competir directamente con las aerolíneas tradicionales y, lógicamente, basarse en una proporción bastante elevada en el viajero de negocios. Esto es lo que está fallando y poniendo a Easyjet en una situación difícil. Habrá que ver qué pasa.

Y, después de ahí, hay algunas aerolíneas menores que van bien. Pocas. Y otras que van bien pero que caen dentro del paraguas de los grandes consorcios, arruinados con el largo radio, cuya recuperación hoy por hoy suena lejana. Sudamérica, por ejemplo, por mucho que se restablezcan las rutas, aún arrastra problemas de aperturas importantes, al menos hasta noviembre.

Y después de todo está Air Europa, en una crisis de la que cuesta imaginarse otro final que no sea el cierre o la dependencia total del dinero público.

Queda menos para ver el final de todo esto. Yo diría que el verano de 2022 ya debería ser casi normal.