Gabriel Escarrer padre supervisa el Nikki Beach

Una semana antes de que el nuevo y lujoso club Nikki Beach de Magaluf (Mallorca) fuera el centro de atención de la isla de Mallorca por su Grand Opening White Party aderezada con VIPs y precios astronómicos, tuve ocasión de comprobar como el propio Gabriel Escarrer, presidente y fundador de Meliá Hotels International, supervisaba en persona los detalles de este complemento a su apuesta por el reposicionamiento del destino.

Era el viernes 22 de junio, cuando el local de Jack Penrod que se ha construido bien pegado al recién reformado y reabierto hotel Beach House (ex Mallorca Beach, irreconocible) estaba celebrando un discreto ‘Soft Opening’ y todavía dejaba entrar sin reserva y sin Visa Oro.

A las siete de la tarde, don Gabriel apareció en el Nikki Beach desde la playa y recorrió todos sus rincones escuchando las explicaciones de los responsables del recinto mientras las gogós se contoneaban en la terraza y los casi 30 camareros y camareras se afanaban por atender a los aún escasos clientes.

Después de hablar con uno de esos empleados comprendí mejor qué quiere decir para Meliá convertir Magaluf en destino ‘lifestyle’, sea lo que sea que quiera decir eso en realidad. “Si entra un turista en Nikki Beach, ve que cobramos los mojitos a 15 euros y se da cuenta de que no lo puede pagar, dejará de venir. La idea es que, en cuatro o cinco años, dejen de venir del todo los turistas que no lo pueden pagar”, dijo el camarero.

La diferencia no está en el mojito, créanme. Para un lugar como Mallorca es realmente innovador el concepto de este club de playa en el que, un día normal entre semana, el precio mínimo por reservar una mesa pequeña con camas junto a la piscina es de 150 euros. Un día de fiesta, el precio por una mesa y camas grandes puede llegar hasta los 5.000 euros. En sintonía con esto, las tarifas de la carta. Un humilde sándwich club cuesta 24 euros. La botella de licor más común, 150 euros. El mejor cava del menú, unos 10.000. Así renovará Meliá en Magaluf y (ojalá) verá cumplido su sueño en el Calviá Beach Resort.