Ataques al turismo: hipocresía, odio, esquizofrenia y manfutismo en estado puro

La máxima autoridad turística de Baleares y representantes de asociaciones empresariales y sindicales de Baleares han puesto en escena una de la mayores tomaduras de pelo jamás llevada a cabo a en las Islas: un acto en el que representantes ajenos al Sector negaban el colapso turístico en la Islas y a la vez pedían acabar con el exceso de turistas que se está viviendo por el derrumbe de los países competidores.

El consejero de Turismo de Baleares, Biel Barceló, quien a su vez es vicepresidente del Gobierno, lleva años despotricando de la primera y prácticamente única industria del archipiélago y asumió esta cartera con el único propósito de poner puertas al bosque del turismo de sol y playa y combatir, igualmente, al principal enemigo del partido que él lidera: los hoteleros. Hipocresía en estado puro.

La organización política del consejero Barceló zarandeaba al Sector mucho antes de que éste se hiciera con las riendas del partido, cuando se llamaba Partit Socialista de Mallorca. Siguiendo las pautas de las ikastolas vascas y las escuelas catalanistas, este partido nacionalista y ecosoberanista ha ido inoculando en la población balear, lustro tras lustro, el rechazo al turismo vacacional. Odio en estado puro.

La cara, el daguerrotipo, de los personajes que aparecen en la foto en la que por un lado se niega el colapso y por otro se dice que las Islas están saturadas -“al límite”- refleja clarísimamente el espejo del alma de sus portavoces: todos circunspectos, cariacontecidos, desconfiados y estreñidos a la hora de defender y a la par arremeter contra el turismo de masas. Esquizofrenia en estado puro.

A esta escenificación esperpéntica de políticos, líderes de asociaciones empresariales y sindicales no asistió ningún representante de la Federación Hotelera de Mallorca ni de ningún otro colectivo turístico. No quisieron prestarse al juego calculado de Barceló. Pero la Federación no debería estar tan callada. Ha de salir al paso de las diatribas de unos políticos que los tienen en la diana. Manfutismo en estado puro.