Ryanair a Vueling: "Queremos destruirla"

Ocurrió durante la última declaración pública del consejero delegado de Ryanair, hace unos 10 días. Michael O'Leary se refería a sus nuevos vuelos desde Fiumicino, donde semanas atrás habían anunciando que replicaba las mismas conexiones que Vueling acababa de hacer públicas desde Roma, de igual modo que la irlandesa hacía en Zaventem, el aeropuerto de primera de Bruselas. "Queremos destruir a la segunda compañía de ahora en Roma", dijo el máximo ejecutivo de Ryanair, dejando claro nuevamente cuál se ha convertido la prioridad para la mayor low cost europea. 

Para Vueling debe ser un halago que un gigante como lo es hoy en día Ryanair le dé esa importancia. Pero también tiene que asustar, pues la irlandesa tiene 300 aviones, casi cuatro veces más que la flota de la barcelonesa, y casi cuatro veces más también en cuanto a pasajeros e ingresos. Es como si el Real Madrid o el Barcelona dijeran que quieren destruir al Valencia. Por un lado se podría interpretar como un elogio, pero por otro sería una fuente de temor, aunque en cualquier caso se consideraría como una falta de grandeza.

Esa es la Ryanair de hoy, la que en los últimos meses se ha visto obligada a lanzar un par de 'profit warnings', y sobre la que a largo plazo pesan las dudas sobre su modelo, que ella misma ha avivado dando un volantazo para hacer todo lo que dijo que nunca haría. Una crisis de identidad y de falta de liderazgo que tiene una prueba más en su obsesión por una compañía que ni siquiera supone un tercio de su volumen.