Norwegian vs. Level: fidelidad cero

El director de comunicación de Norwegian indicó ayer a la prensa que su compañía tiene mucha capacidad para atraer pasajeros, tanto en Barcelona como en Estados Unidos, por lo que la noruega no tiene temor alguno a la competencia en el largo recorrido internacional. Sugirió que su compañía tiene una buena imagen y que, por ese motivo, la gente preferirá volar con Norwegian en vez de hacerlo con Level.

Estas son las afirmaciones que el director de comunicación de Norwegian tiene que hacer porque de lo contrario estaría incumpliendo sus obligaciones profesionales más elementales. Pero en ellas, como es evidente, parte de un supuesto prehistórico, inconcebible en la economía y en mundo del consumo contemporáneos: la fidelidad del consumidor con las marcas que se basan en el precio. El consumidor actual y las marcas que se basan en el precio --y no sólo las hay en el mundo de la aviación-- tienen una relación en la que la fidelidad, en todas las versiones posibles, es cero. Los pasajeros que vuelan con Iberia Express están tan predispuestos a abandonar esta compañía por Norwegian, por Wizz, por Easyjet o por Ryanair que llegan a no diferenciar con quién vuelan, salvo casos de maltrato y, por supuesto, de riesgo para la seguridad personal.

Cuando hablamos de low cost, hablamos de low cost, un tipo de operaciones en la que lo que cuenta es el precio, el precio y finalmente el precio. A partir de ahí, importa que el aeropuerto esté cerca del lugar al que vamos a volar (cerca no significa en el mismo sitio, como ha demostrado Ryanair), que las frecuencias se parezcan a lo que buscamos, o que el servicio no sea exageradamente indecente. O sea: la capacidad que tiene Norwegian o Level para captar clientes se reduce a un único factor, siendo irrelevantes todos los demás, en las condiciones normales de operación.

Esta absoluta falta de fidelidad comercial, por cierto, es un fenómeno que no se produce únicamente entre las aerolíneas, o más exactamente entre las de bajo coste, sino que también es visible en todo el comercio por Internet, siempre y cuando la compañía acepte las devoluciones sin amargar la vida al cliente.