¡Cuidado con Ryanair!

Ryanair ha presentado sus resultados: ganó mil millones de euros. El año pasado había ganado 1.300 millones. Un aparte de ese dinero se reparte entre los accionistas –imagínense qué opinión tienen de su empleado, Michael O'Leary, que cada año les regala estas sorpresas–, pero otra queda como liquidez de la compañía.

Mientras tanto, Easyjet pierde, Air France-KLM pierde, Lufthansa pierde, Norwegian pierde y las compañías menores tienen diversas fortunas, pero pocas andan boyantes. Sólo se libra, y de aquella manera, IAG, que ha ganado dinero, aunque mucho menos que el año pasado.

O sea que ahí tienen el panorama: decenas de aerolíneas rozando la ruina, con problemas para sobrevivir, con el agua al cuello, sin saber si llegarán a mañana, y otra, Ryanair, grande, fuerte, con miles de millones en su caja, casi provocando.

¿Se acuerdan de qué había dicho O'Leary cuando hace unos meses presentó la nueva estructura de la empresa, con Ryanair, Ryanair UK, Lauda y Ryanair Sun en Polonia? Dijo, por si no se acordaban, que esta estructura era más adecuada para crecer, para comprar compañías rivales, para consolidar, para absorber.

Por lo tanto, pueden estar seguros que hoy en Dublín, el trabajo más importante que se está haciendo es comprobar qué gangas hay en el mercado. Porque la gente que se hace rica siempre compra duros a cuatro pesetas. Y si no hoy mismo, pronto en el mercado habrá muchas aerolíneas y muchos aviones que serán una ganga. Porque pronto a más de uno el agua le rebasará el cuello y le dejará en situación mortal. Pronto. Este invierno, desde luego.