Air Berlín sin Air Berlín

Thomas Cook Airlines y Air Europa anunciaron un acuerdo por el que los viajeros de cada una de las dos aerolíneas podrán enlazar en varios de los aeropuertos españoles a los que vuelan ambas compañías, y continuar sus viajes al destino final con la otra. Exactamente lo que había inventado Air Berlín en Mallorca y que funcionó con bastante éxito durante años.

Sólo que ahora el invento no lo lleva a cabo Air Berlín y eso no es un asunto menor. Que una compañía se encargara de todo suponía muchas ventajas que un acuerdo entre dos empresas diferentes no podrá operar de la misma forma.

A saber: Thomas Cook piensa sobre todo en su tour operador. Sus vuelos entre Europa y España tienen precios absolutamente astronómicos –como es también el caso de Tuifly– hasta que a los pocos días del viaje comprueban que quedan plazas y entonces buscan al pasajero que va por libre.

Lógicamente, ninguna de las dos puede conseguir así clientes porque el cliente no está dispuesto a volver y volver a ver si han puesto el vuelo a precios razonables. En segundo lugar, la conexión siempre es un problema porque un vuelo se puede retrasar, porque un pasajero de un avión puede estar en camino, etcétera.

Las verdaderas low-cost afrontan el problema de las conexiones vendiendo un seguro adicional por el riesgo, porque ellas no se hacen cargo de nada. No está muy claro en el caso de este acuerdo cómo funcionarán estas conexiones, pero si las compañías se van a hacer cargo de las consecuencias, el negocio no será muy grande y si no, es el pasajero el que tampoco gana demasiado.

Las culturas de las dos aerolíneas son muy diferentes. Y el perfil de sus pasajeros también. Los españoles llegaron a volar con Air Berlín porque en los últimos años no era una aerolínea típicamente de turistas.

Porque subirse a un avión de familias alemanas con niños que van o vienen de tomar el sol, o con jóvenes ávidos de diversión, no es la mejor experiencia del mundo, a menos que el precio sea del estilo de Ryanair. Que no lo será.