Baleares ha anunciado que el Gobierno central modificará la legislación para obligar a las aerolíneas a que pregunten al viajero su domicilio al final del proceso de reserva del billete aéreo. Según explicó el consejero responsable de estos menesteres en Baleares, así se acabará con la picaresca de las aerolíneas que, sabedoras de que el viajero reside en los archipiélagos, aplicaban precios más altos.
Yo me pregunto dónde vive esta gente, quién les asesora. ¿De verdad se creen que las aerolíneas necesitan que los clientes les digamos dónde residimos, para saberlo? ¿De verdad aún no se han enterado de qué son las cookies, de cómo funcionan los algoritmos?
Hace dos años, Booking me mandó un e-mail en el que tenía un listado de ofertas en los tres destinos que su departamento de marketing había detectado que me podían interesar. Efectivamente, yo había estado mirando viajes para esos tres lugares y las ofertas me parecieron interesantes porque coincidían con el tipo de alojamiento que busco: salvo en uno de los destinos, donde un hotel Novotel que ya conocía me pareció más adecuado, en los otros compré Booking. Sabían a dónde iba a viajar, sabían más o menos cuándo, y sabían qué tipo de hotel prefiero. Y, por supuesto, saben mi nombre y apellidos. Y mi dirección. Sólo me piden una confirmación adicional porque estamos hablando de operaciones económicas… Pero a los efectos de ofrecer productos, lo saben todo.
Cada vez que abro la aplicación de una aerolínea, allí están las ofertas para los trayectos más habituales que hago con ellos –con un año de antigüedad, debido al Covid.
Las aerolíneas no saben sólo si vivo o no en una determinada ciudad, sino que conocen mi poder adquisitivo, mis preferencias hoteleras, cuándo tengo vacaciones y qué duración tienen mis viajes.
Cualquiera que tenga un mínimo de experiencia en las relaciones entre clientes y proveedores en la red sabe que no existe el anonimato, y menos sobre algo tan irrelevante como el domicilio. Pero si uno abre el móvil y le aparece el tiempo en su calle. ¿Quién no ha comprado en Amazon y ha visto que la empresa americana lo almacena todo, lo sabe todo, lo conoce todo?
Pues nuestros gobiernos, intentando engañarnos, ahora nos dicen que las aerolíneas no sabrán que vivimos en un lugar o en otro hasta que al final del proceso de venta nos pregunten si somos o no residentes en las islas, Ceuta o Melilla.
¿Son o se lo hacen? ¿Por qué estas tomaduras de pelo tan tristes?
En el mejor de los casos tenemos gobiernos analógicos; en el peor, son unos timadores.
Comentarios
No sea Vd. tan duro con el artículista si hasta hace dos días habra estado redactando en una Olivetti