NEWSLETTER | PUBLICIDAD | | VISTA MÓVIL
EDICIÓN ESPAÑA

LA EXPERIENCIA DE VIAJAR (y IV)

Acosados para que compremos


¿Hasta cuando sospechosos?

Aún me acuerdo cuando, hace ya unos cuantos años, lo más importante de un aeropuerto era viajar. La primera vez que estuve en Schipol, en Ámsterdam, empecé a dudar si aquello era un aeropuerto o en un centro comercial, porque la superficie destinada a lo segundo amenazaba con dominar el conjunto. Pero hoy, cuando se entra en la nueva terminal de Barcelona no queda duda alguna: allí estamos ante un centro comercial que, además, permite embarcar en un avión. Es más que evidente que el diseño de la terminal se hizo contando en primer lugar con la zona comercial, céntrica, imponente, dominante, y a su alrededor se dispusieron las demás instalaciones, que más bien hasta parece que molestan.

 

Siendo esto así, no es tan incómodo como lo que ocurre cada día con más frecuencia en ciertos aeropuertos (me da la impresión de que es parte de lo acordado en las nuevas adjudicaciones de zonas comerciales de Aena): se han eliminado los pasillos asépticos y se ha creado una enorme zona de ventas por la que el pasajero tiene que pasar, sí o sí. Es decir que el tránsito hacia las puertas de embarque tiene lugar a través de estanterías llenas de 'toblerones', esquivando a jóvenes que te ofrecen quesos, jamones y licores para degustar en atractivas presentaciones; bandejitas donde se pueden olfatear (¿se dice así?) las colonias más caras del mundo, y espectaculares luminosos que te prometen un tipo de cambio ventajoso. Interminables 'slaloms' entre estanterías y vendedores.

 

Sospecho que hay mucha gente a la que le interesa darse un paseo para comprar algo, para llevar un regalo. Me parece perfecto, si es su interés y voluntad. Sin embargo, ¿existe la posibilidad de que el acoso al viajero sea un poco menos extremo? Les recuerdo que quien compre sus billetes en Internet ya habrá tenido que rechazar mil veces que le manden un sms con el vuelo, que le vendan una maleta, que le alquilen un hotel o que un coche les espere; a bordo, le habrán intentado vender calendarios, tarjetas de sorteo, tabaco sin humo, toda clase de colonias y, por supuesto, panini con queso y sopa que inunda todo el avión con sus efluvios tan acordes con las temperaturas del verano.

 

Lo dicho, la experiencia de viajar más que un momento de placer se está convirtiendo en un calvario del que cuesta mucho evadirse. ¿Hasta cuándo? Está claro que cada día nuestros aeropuertos se parecen más los unos a los otros, pero curiosamente la equiparación se hace en el maltrato al viajero.

 

La cuestión tiene su importancia porque se están rozando extremos, momento en el que puede ser interesante que alguien ofrezca productos en los que el vendedor trate al cliente con deferencia, como sucede cuando se accede a unos grandes almacenes y el personal se muestra dispuesto a ayudar, limitando cuidadosamente la presión para evitar el efecto contrario. En turismo, esta opción amistosa con el cliente empieza a ser necesaria.

 

Igualmente, empieza a ser el momento de que alguna autoridad pública, normalmente tan preocupada por nuestros derechos, comprenda que la necesidad de viajar no debe pasar por tener que soportar tantos abusos, sea en lo comercial, en la seguridad o en el trato que se nos dispensa.


    Acepto la política de protección de datos - Ver


    6 Comments
    antiguos
    nuevos más valorados
    Inline Feedbacks
    View all comments
    Angel Cortés
    10 años

    Totalmente de acuerdo.

    También empiezo a pensar que toda esa obsesión por hacernos llegar 90 minutos antes de nuestra partida se deba a que tengamos tiempo para realizar algunas compras ya que deberemos perder el tiempo dando vueltas por la terminal.

    Como también que todas esas normas que impiden entrar en la terminal con liquidos y objetos de aseo es una forma de obligarnos a comprar esos productos.

    Y por último, en Barcelona desapareció el estanco que estaba en la terminal 2. AENA justifico el fin de la concesión con una serie de argumentos sobre la legislación, etc... pero la realidad es muy distinta. El estanco vendía el tabaco más barato que las tiendas dutty fre de Aldeasa. Un paquete de Winston vale en un estanco 4,40 y en las duty free, 4,80. Lo mismo sucede con marcas populares de brandy o ginebras españolas y eso que no pagamos impuestos.

    Pio
    10 años

    Si además añadimos que quien pone todas estas tiendas es el mismo que gestiona el control de tráfico aéreo surgen dudas del interés que tendrá en que los aviones salgan en hora.
    Aena no tiene interés en que los aviones salgan cuando deben sino en mantener a los pasajeros aburridos y desesperados durante la espera para que consuman en los restaurantes y compren en las empresas. Si para conseguir eso hay que buscar alguna excusa ya la encontraran.
    ¿No hay quien recuerde a los directivos tóxicos de aena que los aeropuertos deberían servir para la operación de los aviones sin que los pasajeros pierdan el tiempo? Dejen a las personas que decidan ellas si quieren ir a tomar un avión o a comprar un collar.
    Pero me temo que lo que ocurre es que ha seleccionado como directivos tóxicos a los mas ineptos y hardfaces del lugar y no se les ocurre otra cosa que vender algo en lugar de producir algo nuevo. Viene de lejos, que inventen ellos. Vergüenza patria

    Alex
    10 años

    Jaime,aburres hasta a las ovejas.

    JR
    10 años

    No puedo estar más de acuerdo. El viajar se ha convertido como ir al zoco. Y lo de la sopa, cuanta verdad, como perfuma el avión...

    Que amargura!
    10 años

    Tronco mejor quedate en casa! Que amargura de vida llevas, que tanto te molestan las cosas cotidianas del mundo en el que vives!

    SanJ
    10 años

    Pues yo, en el de Schiphol yo, aunque sólo sea por la amabilidad del personal del control de seguridad, que son educadísimos y hasta simpáticos...y que podrían dar clases de educación y respeto a sus colegas de muchos aeropuertos... a mí ya sólo por eso ya me merece la pena "tener que" ver tiendas hasta la puerta de embarque... por cierto, mi última vez allí compré justo antes de embarcar dos latas de Coca-Cola Light por 1,50 €, en una oferta. ¡¡¡¡¡Cíteme más aeropuertos donde poder hacer esa misma compra por ese precio...porque en muchos, a no ser que te vayas al MacDonalds, UNA Coca-Cola no baja de 2,50, como poco!!!!!

    En cuanto a la T1 del Prat...no es precisamente de los más invasivos comercialmente: antes de embarcar, una zona no muy grande y con un restaurante de calidad; y tras el control...sí, bastantes tiendas en un espacio bastante diáfano y amplio, en el que si no quieres estar muy cerca de una tienda no tienes por qué.

    Yo prefiero justo esos dos casos que usted, paradojicamente, critica...que tener en que pasar "por narices" en la T2 de Barajas, tras el control llamado "La Paloma" por un pasillo que es un kiosko-tienda...¡eso sí que es agobiante!

    Como dice otro comentario...¡bienvenido al mundo real! Me suena a cuando la gente se sorprendía de que el Gobierno de EE.UU. (no sólo) espía nuestras comunicaciones. ¡Eso es lo que yo llamo "caerse ahora del guindo"! Lo que no quita para que, evidentemente sea muy criticable.

    Noticias relacionadas



    Encuesta

    ¿Considera que habría que poner coto al alquiler vacacional en España?

    Ver Resultados

    Cargando ... Cargando ...




    Revista Preferente | REPORTUR | arecoa.com | Desarrollo
    Aviso Legal Política de Privacidad RSS Condiciones de suscripción Política de cookies