Lo que no puede ser, que no sea. Pero lo que es posible... por favor.
Ya bastante desgracia es para todos el virus, como para que ahora no seamos diligentes en aplicar la solución. Pero esto, amigos, empieza a oler mal.
Ya ocurrió con la vacuna de Pfizer: fue presentada la solicitud de aprobación a la Unión Europea, a Gran Bretaña y a Estados Unidos el mismo día, a finales de noviembre. El 4 de diciembre, los británicos la habían aprobado; dos días después, los americanos. En Europa, la Agencia del Medicamento dijo que tenía una reunión programada para el 29 de diciembre. Los alemanes, indignados por ese retraso, forzaron que hubiera una reunión el 21 de diciembre. Desde ese día, en Europa ya es legal vacunar con Pfizer.
Los americanos ya han aprobado la vacuna de Moderna y los ingleses la de Astra Zeneca. La última tiene muchas ventajas: la más importante para nosotros es que no requiere de temperaturas extremas sino que se conserva a temperatura ambiente. La segunda ventaja es que cuesta sólo cuatro euros. Sin embargo, nadie sabe nada de esto.
A ver: si no hay soluciones, la salud manda. Pero si tenemos la solución delante, si no hay razón alguna para retrasar la vacunación, hemos de ponernos las pilas. España, desde luego, no puede permitirse perder el verano por culpa de estas cosas.
A día de hoy, apenas se ha vacunado a cuatro ancianos. Fantástico, mucha televisión, mucho informe, pero eso no es nada. Hay que llegar a abril con un volumen de vacunaciones superior a los treinta millones si pretendemos que el país pueda recuperar su pulso económico. Y eso es fundamental si vamos en serio.
Resignarnos a perder la Semana Santa y probablemente una parte importante del verano es simplemente un disparate inconcebible.
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Nos pasa lo de siempre, los políticos extienden cheques que luego la sociedad los tenemos que pagar.
No se ha vacunado ni un 5% de lo que se tenía que haber vacunado, no hay una logística prevista para ello, nos pilla el toro otra vez. La Semana Santa ya está perdida, el verano será 3/4 del año pasado.
Este medio es un medio transmisor de optimismo. Que no decaiga. Obviemos que se prepara un nuevo confinamiento total, que no hay medios "con celebro" (menos aun con honestidad) para gestionar la vacunacion (solo para gastar de forma desquiciada, inutil y clientelar), que aunque se vacune la mascarilla seguira siendo obligatoria durante meses... y que todos saben que con suerte se abrirá nueva temporada turistica solo a partir de abril de 2022.
Ya que el problema es la falta de enfermeras propongo que se permita vacunar a los agentes de viaje y así matamos dos pájaros de un tiro: aceleramos la vacunación y evitamos el cierre de las oficinas. Asunto resuelto. Los títulos, la experiencia, la cualificación, las normas sanitarias y los plazos que imponen las instituciones son inventos de los burócratas. Yo que tengo un puesto de shawarma en el Arenal sé mas que todos ellos juntos.
La preparación de nuestros gobernantes es muy deficiente.¿ Alguien con una cabeza medianamente cabal piensa que el Señor Iglesias vale para ejercer como vicepresidente de un país?. ¡Qué el presidente Sánchez está cualificado para comandar un país! . Y podemos seguir hablando de los ministros y “ministras” que están al cargo de las diferentes carteras con una formación más que dudosa para el cargo que ostentan. Nadie en su sano juicio pondría a estos elementos y “elementas” al mando de un puesto de cierta importancia y responsabilidad. No me sirve la respuesta que una señora me daba el otro día, mandando el currículum de varios de los ministros. Esta señora justificaba que tenían una carrera ( cualquiera puede tener un título, eso no te legitima para nada), y escribía el curriculum de tres de ellos. En los tres casos llevaban más de dos décadas en puestos públicos y políticos, es decir, sin haber dado un palo al agua. Repito que un país es una gran empresa que conlleva una preparación y nadie en su sano juicio pondría al mando de una gran empresa a estos personajes que hoy en día nos representan. No se ustedes pero yo siento vergüenza ajena cada vez que veo al presidente aparecer en público, o al vicepresidente simplemente aparecer, por no hablar de su séquito. Eso sí , deben estar (y perdón por la expresión) descojonados en sus despachos y casas, viendo como engañan a los indocumentados que les votan y mofándose de los que no. ¡ Qué país de iletrados y rencorosos que votan para el que está arriba caiga y no para luchar por intentar una mejoría en mi status , y así nos luce el pelo ciudadanos y “ciudadanas”, así nos va luce!